Uno
de los episodios más dramáticos que recuerdo haber escuchado de la dictadura
argentina es en la final del mundial del 78, en ese día, algunos de los presos
políticos relataron que fueron parcialmente liberados por su captores durante
los festejos del triunfo, ellos, que
impotentes gritaban a las multitudes que eran presos, que los tenían encerrados
y bajo torturas, se perdieron en la euforia de las personas que los miraban
como uno más de la marea pletórica que celebraba el triunfo de la Argentina. El
país tenía la copa del mundo, los derechos humanos son cosa de otro día…
La reciente decisión de la
Federación Mexicana de Futbol no es un ejemplo más de la frágil democracia
mexicana ni del desinterés hacia la política del grueso de la población, sino
una pincelada de cómo una institución se mueve en una marea ajena a las
prioridades humanas y nacionales. Muchos podrían alegar que eran horarios
preestablecidos, pero esa pretensión de apropiarse de un espacio por ser el
primero en pedirlo tiene la misma validez que justificar una guerra por ser
preventiva. El partido es jurisdicción de TvAzteca, la cual, en un alarde de
cinismo en voz de su presidente Ricardo Salinas Pliego, se ha dejado claro que
el debate no va en Azteca y que el que quiera verlo se vaya a Televisa. En otro
escenario la televisora del Pedregal podría erigirse como la defensora del
proceso democrático, pero la decisión de ésta de pasar el debate a un canal de
menor audiencia programando en el Canal de las Estrellas uno de sus espectáculos
que rinden tributo a la banalidad la deja en contubernio con la del Ajusco.
Luego de las semanas previas en las
que se discutió en diferentes niveles y con diferentes tonos hasta el hartazgo
sobre si el llamado “debate del debate” donde la agenda nacional se encargó de
responder todos los cuestionamientos de si estaba permitido debatir y, en casi
de una respuesta afirmativa, bajo qué condiciones se podría. Carmen Aristegui tuvo
dos intentos infructuosos que dejaron en evidencia la incapacidad de las mismas
instituciones en definirse y definir el alcance de las cosas y hasta qué punto
la autonomía del IFE dependía de la de los partidos en disputa. Primero intentó
un debate entre precandidatos del PAN, que no se dio porque nadie aceptó no por
no querer, sino porque técnicamente no los dejaban, el IFE desmintió eso y los
candidatos entre dimes y diretes dejaron pasar los tiempos y el debate no se
dio. Luego intentó lo mismo con los candidatos presidenciales, dos aceptaron
incondicionalmente (AMLO y Quadri), una aceptó condicionalmente y el otro se
negó (rompiendo la condición de JVM), nuevamente el debate se malogró.
Después vino el IFE y programó el,
ahora sí, “debate oficial”, en un formato tan rigido que, coincidiendo con
López Obrador, pareciera que estaba hecho a modo para Enrique Peña Nieto ya que
limitaba las respuestas a frases de tan corta duración que podrían ser
fácilmente memorizadas y dichas con soltura, limitando la capacidad de réplica
o de profundizar en las propuestas.
Para los niveles de la incipiente
democracia mexicana, este era el escenario menos aceptable pero con la
resignación atávica de la sociedad fue el “de los males el menor”. Ahora, una
vez que el tema quedó cerrado, los poderes fácticos se hacen presente, porque
si bien la FEMEXFUT puede programar el partido a la misma hora, a final de
cuentas es decisión de Televisión Azteca la designación de transmitirlo o no en
lugar del debate presidencial. El mismo caso de Televisa. La autoridad de las
televisoras quedó manifiesta cuando hicieron caso omiso del exhorto del IFE a
reprogramar el partido y la misma cámara de diputados discute si se cambia la
fecha del debate porque, eso sí, es más fácil cambiar las leyes y prioridades
nacionales que la voluntad de una televisora.
Dicen que al pueblo pan y circo, esa
es una frase en veces demasiado infravalorada, ya que también puede significar
que el Estado debe de garantizar alimento y bienestar lúdico, baluartes de la
paz social porque, si un ciudadano satisface sus necesidades alimenticias (lo
que implica también salud) y placeres (que no tienen que ser carnales, sino
también intelectuales), pues está en condiciones de desarrollarse como
individuo en una sociedad que garantice siempre otorgar esos bienes. El caso de
que se haya decido dar el circo sin el pan rompe el equilibrio impuesto en el
mismo orden de las palabras de la frase, ya que el pan siempre tiene que venir
primero.
Las elecciones de 2012 están cerca
de repetir el escenario de 2006 ante la cada vez más debilitada posición de las
instituciones estatales y el control casi hegemónico de los poderes fácticos y,
principalmente, los medios masivos de comunicación. México no está en capacidad
de resistir nuevamente un cuestionamiento como el del 2006; pero eso pasa a
segundo plano cuando Tigres y Morelia juegan cuartos de final, Videla estaría
orgulloso.