Después de la amarga experiencia del Assasins Creed 2 (reitero, después de las primeras horas se convierte en una experiencia francamente aburrida) tuve que resarcir la experiencia y enfrentarme a una “rara avis” dentro del mundo de los videojuegos.
Como expliqué antes, las formulas fueron:
Graficas+historia-jugabilidad=Assasins Creed (Aburrido)
Jugabilidad-graficas-historia=Left For dead (Juegazo)
Pues bien, cuando digo Rara Avis me refiero a que existen juegos que abarcan la suma de todo (excelente jugabilidad, visualmente soberbio y una historia digna de una novela de Clancy).
Y sí, me refiero a la saga Call Of Duty: Modern Warfare. El primero, aparecido en 2007 narraba la historia de de “Soap” McTravish, miembro de un escuadrón de elite del SAS que iba tras un creciente grupo ultranacionalista ruso que tenía como fin vengar la derrota de la Guerra Fría iniciando una guerra con los EEUU. Los niveles desde un comienzo son visualmente soberbios, desde un carguero en medio del océano, Chernóbil o una ciudad de medio oriente destruida por una explosión nuclear. Todo esto dentro d una guerra civil en Rusia entre aquellos que quieren restaurar el imperio soviético y los que no (está de más decir de qué bando estará el jugador)
El principal valor agregado de esta saga es el frenesí, la velocidad con la que se mueve y la fluidez de los controles te permite y te impide gozar todo el detalle porque a menos que quieras terminar muerto por algún enemigo será mejor que avances rápido.
Era difícil superar un juego así, pero lo fue, hace pocos meses salió al mercado el esperado: Modern Warfare 2
El juego se sitúa 5 años después de lo ocurrido en el que un grupo terrorista está intentando lo que no se logró en el anterior, una guerra entre Rusia y Estados Unidos. Para esto, el líder de este grupo, un nacionalista llamado Makarov, al esto de “La suma de todos los miedos” planea un atentado terrorista que sea considerado como acto de guerra, para que en el frenesí de la venganza y antes de que se encuentren pruebas vinculantes a Makarov, el gobierno ruso lance una invasión a gran escala contra los Estados Unidos.
Gráficamente los escenarios son variados e increíbles, desde el comienzo de la guerra las batallas se dan en Afganistan, rio de Janeiro, Rusia y, por supuesto, la escena mas gloriosa que existe para un escenario de guerra: Whashington repleto de trnincheras y una Casa Blanca devastada.
La base del juego es, como siempre, ir del punto A al punto B, pero para lograrlo tendrá que ser abriéndote paso entre enemigos y más enemigos por todos lados y a todo momento dándote pocos segundos entre oleada para poder descansar o, siquiera reflexionar acerca de todo el arsena que acabas de perder y lo que se viene. Sumado a un exelente manejo de los controles y un detalle gráfico que te hace repetir cada escena una y otra vez solo para poder mirar el detallado, Call Of Duty: Modern Warfare 4 es una prueba de balance perfecto entre una exelente apuesta gráfica y una historia increíble, todo esto sin dejar de lado la jugabilidad y la diversión que tiene inherente.
El juego no está exento de polémica, y no es por ver unos EEUU destruidos, sino por lo que solo llamaremos “La escena del aeropuerto” dónde el objetivo es simplemente, ejecutar, con las manos del diablo, el golpe final que desencadenará la guerra (este escenario, por su contenido, desde que comienza el juego te dicen que tienes la oportunidad de brincártelo, pero ¿en qué mente cabe brincarse una escena tan lúdica?)
Mientras que los Medal Of Honor tienen como finalidad explotar al máximo la ética de los soldados y los limites que les impone la ley y su conciencia; en los Call of Duty la idea es presentar seres amorales que hacen todo por su país y muchas veces simplemente se brincan los márgenes de la ley.
La Segunda Guerra Mundial está choteadisisma (aun sigo esperando alguno sobre Vietnam) pero las guerras modernas son un terreno fértil en el que se pueden explorar todos los escenarios posibles, es mejor un mundo en caos que un equilibrio frágil.