La belleza es verdad, la verdad es belleza
John Keats
Oda a una urna griega
¿Nunca les ha pasado que cuando van a un lugar, ya sea café, bar o antro en la pantalla del lugar aparezca un video musical que no coincide con lo que se escucha en las bocinas, pero que finalmente y de manera no voluntaria terminamos asociándolos e imaginamos que lo que se ve es lo que se escucha? Si no, pues váyanse al carajo, porque a mí sí me pasa. Lo que hasta cierto punto resulta obvio es que a todos nos gusta la música, de hecho, en general puedo decir que la música es el arte por excelencia y la literatura se convierte en un complemente del sonido. Siempre que tenemos una emoción si bien no las 1transmitimos con música, por lo menos la pensamos con ella (Como en ese episodio de Padre de Familia en el que Peter pide tener su propia música que sea adapte a sus situaciones y su estado de animo. ). Así cuando estamos deprimidos que en teoría deberíamos esforzarnos para estar felices, lo que hacemos es escuchar algún sonido que nos diga “estoy igual o peor que tú”, porque a nadie le encabrona más en ese estado que un “jodete, soy más feliz que tú”. Entonces el ejercicio que hacemos es que en algunos casos es la música la que marca la tendencia de tu estado de ánimo. Si lees un poema de Manuel Acuña escuchando a Leonard Cohen tienes un resultado diferente al que tendrías si lo hicieras con La serenata de la luna llena de Beethoven, las dos son deprimentes, pero con el Canadiense lo que sientes es decepción de la vida, con el alemán te decepcionas de tu vida. Esto pasa en todos los escenarios, melodías cómicas son puestas de fondo en escenas trágicas para resaltar la ironía de la vida humana. Así podemos ver escenas del Tsunami con la pulga española de fondo; el desastre es el mismo, pero inconscientemente es otra la emoción.
Inténtenlo, pongan la Marcha Eslava de Tchaikovski al leer la escena de las barricadas de Los Miserables luego lean el mismo capitulo con escuchando la obertura de Las Bodas de Fígaro. Tal vez sea imperceptible, pero sus oídos verán lo que sus ojos no escuchan. Si bien, el tiempo de la melodía es corto y la emoción es rápida tengan en mente que según palahniuk lo más cerca que podemos estar de la perfección es un instante. Así que dejemos que ese último momento sea de los dos y los demás que aguanten. Puede parecer sencillo, pero que tal si añaden un poco de perfume pulmonar a base de cannabis, encienden a todo volumen The Future de Leonard Cohen y leen frente al espejo en voz alta (a tal nivel que se pierda con la canción) Aullido de Allen Ginsberg (el primer renglón de este poema por favor léanlo dos veces entre fumada y fumada acompañadas de una botella de vino). Así tendrán la fusión perfecta de sonido, literatura y teatralidad. Entrarán en el corazón de la generación Beat. Les voy a dejar un ejemplo sencillo cómo es que los sonidos alteran la percepción de lo que estamos viendo. En la película de Dawn of the dead (El Amanecer de los muertos según el titulo en español) de 2004 remake de la cinta de Romero, después de la escena inicial dónde la protagonista presencia el regreso de los muertos (que como siempre, quieren carne humana ¿qué les parece esto?: zombies vegetarianos). Bueno, los créditos acompañados de escenas en todo el mundo de ataques de zombies tienen de fondo The Man comes around de Johnny Cash, canción country que tiene como letra versículos del apocalipsis, ideal para exponer la idea del fin del mundo en la película y el regreso de los muertos ¿acaso no es eso lo que pregona la biblia? La resurrección de los muertos Bueno, hasta ese momento la canción es perfecta, pero existió otra versión del intro de la cinta, las mismas escenas pero diferente canción.
En esta segunda versión el tema es interpretado por R.E.M. y la canción es The end of the world que curiosamente también queda perfecta en las escenas, sin embargo, la velocidad de esta canción le da un sentido más frenético a la introducción. Mientras que la primero la esencia del fin, la de R.E.M. Es una canción que solo expone una idea: caos. Velocidad, destrucción. Muerte y el fin del mundo. Si bien cambiar las canciones del inicio no cambia la historia de la cinta, son esos dos minutos los que dicen que siente el hombre ante el regreso de los zombies, con Cash es el castigo divino, con R.E.M. es simplemente el fin, y sí, cómo el griego afirma en el cratilo, el nombre es arquetipo de la cosa y en las letras de rosa está la rosa. A decir verdad, les recomiendo que busquen la canción de Cash (sin tener en cuentas las veces que aparece en tu tubo con diferentes fondos) es una bellísima canción apocalíptica que se debate entre lo rulfiano o borgesiano. El resto es Historia.
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