Desde una perspectiva sencilla, todos creemos que el pato Donald es un personaje de lo más sencillo, carismático y simpático, siempre dispuesto a acompañarnos en todas nuestras aventuras...
Pero también es un instrumento ideológico para controlar nuestras mentes y apoderarse de toda la idiosincrasia de nuestros jóvenes.
Acabo de terminar Para leer al pato Donald de Ariel Dorfman y Armand Nattelart, aunque pese a parecer un texto por demás sencillo y/o complicado. En sí es la historia de una ideología, la tesis es sencilla "la burguesía impone una ideología por medio de cualquier medio, aunque este sea la animación dedicada a nuestros infantes"
Los autores, por medio de un sencillo análisis producen lo que en cualquier momento podríamos haber hecho algunos de los que suscribimos este blog (solo yo), es decir: encontrar una conspiración masiva del gobierno en todo lo que nos rodea.
la paranoia, ya sea capitalista o comunista, que reinó en los setentas parte de esta tesis en la que no existe realidad concreta y muchas batallas y luchas contra el capital extranjero, cuya intención es simplemente apoderarse de las mentalidades de nuestros jóvenes párvulos.
Aunque los ejemplos con complejos (por no decir extremadamente claros) el libro se carga cierta atmosfera de inconformidad hacia los iconos de la juventud y una duda: “¿cuántos de estos ejemplos habrá en los que no hayamos caído en la cuenta?” desde las canciones de Lalo y lagrimita. Un ejemplo posible.
En el mundo de los pitufos, Gargamel, representando el ideal burgués trata de convertir en oro (aspiración primaria y única) a un pueblo primigeneo de seres azules (símbolo de la pureza y tranquilidad) dirigida por un anciano con la forma de Marx (y para colmo, rojo), aunque muchos habitan pitufolandia (o como se llame), los más importantes representan a los 7 pecados capitales.
Con ejemplos como estos la idea del texto puede quedar en un “yo hago este tipo de cosas cuando estoy charlando” con la siguiente fórmula: tema morboso + materialismo histórico = un libro. La respuesta al por qué de la forma es sencilla: Dorfman es periodista y la estructura de análisis radica en obtener ejemplos y citas para después aderezarlo con la explicación ideológica de tales citas.
La selección de fuentes da cierto temor, ya que, según los autores, las revistas de Disney fueron seleccionadas al azar, aspecto que resaltaría la presencia de tal producción ideológica en todos los textos de esta popular revista. Debo admitir con tristeza que en mi juventud yo era asiduo consumidor de las aventuras del pato Donald y sus sobrinos, que sentía envidia por Mc Pato y quería que Ciro Peraloca me inventara algo. Sin embargo, puedo decir con solvencia que usar dibujitos como elementos de adoctrinamiento ideológico es caminar un terreno peligroso, ya que no conozco caso alguno de persona que se haya convertido en un apologista de tal o cual régimen gracias a esta influencia subliminal. Un estudio reciente de Umberto Eco, La misteriosa llama de la Reina Loana en el que describe el panorama ideológico de la Italia Fascista por medio del comic presenta una hipotesis más coherente, En sí, el estudio de Dorfman está a la inversa y ahí radica el posible error en el que cae el autor para justificar su hipótesis. En realidad los comics (como dice Eco) no son instrumentos ideológicos de control, sino que son reproducciones del ambiente ideológico predominante. Los dibujos del Pato Donald sirven para reforzar los valores de la sociedad a la que pertenecen más que para exportar su doctrina.
Walt Disney más que creyente en América era un ateo apologista del régimen de Hitler, en ese caso, los dibujos podrían haber sido movidos en otra dirección ideológica de haber existido una intención como tal. Este es un libro entretenido, pero a la luz de los tiempos (que, al final, es el tiempo el que decide la calidad de una obra) puede parecer algo anacrónico y en ciertas formas con poco rigor científico a la hora de hacer un análisis que tiene más la intención de “denunciar” un adoctrinamiento e intervencionismo norteamericano previo a una situación de ingobernabilidad en el Chile de Allende. Bien puede aparecer un “para leer para leer al pato Donald” y las conclusiones serian las mismas, la ideología está en todo, hasta en aquellos que denuncian la ideología.
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