8 dic 2010

El Oscuro Pasajero: Juan 8:32


Aquí comienza la  historia.
Recuerdo un artículo que leí hace años de Naomi Klein llamado “al carajo señor Fukuyama” donde la canadiense refutaba los argumentos del “fin de la historia” de Francis Fukuyama con respecto a su proclamación de que la historia terminaba con la caída del bloque comunista y el triunfo del liberalismo como doctrina económica y, desde el sentido marxista de la historia, como el fin de la misma.
            El 11 de septiembre dio otras pautas para la lectura donde el libre mercado ahora luchaba contra la religión, pero el debate de Klein se debilita cuando saca a Fukuyama del progreso de la modernidad y lo saca de contexto al ponerlo frente a un ente exógeno (el islam) fuera de la paradoja económica del siglo XX.
            Pero hoy, 8 de diciembre de 2010 Fukuyama se enfrente a su lado oscuro: el progreso.
            ¿Qué es Wikileaks sino la culminación  del progreso? La internet se creó como modelo autosustentable de comunicación entre los seres humanos, un mundo libre donde las fronteras políticas queden reducidas  a comentarios al aire. Donde cualquiera en cualquier momento se puede enterar de lo que está pasando en el mundo gracias a las benditas violaciones de seguridad.
            No me malinterpreten, yo tengo una idea formada de las filtraciones, cuyo mayor impacto ha sido decir lo obvio; pero esto ha pasado la barrera, está en otra lógica y se ha convertido en la Tercera Guerra Mundial.
            Toda guerra inicia  con un incidente aislado que, con ojos modernos, vemos como inevitables, pero que en su momento tuvieron lecturas completamente diferentes. Pero desde hace años tengo una idea de la gran guerra, la última guerra, la que iniciará con un acto que involucre a la tecnología que la sociedad, autocomplaciente y siempre entregada a placeres mundanos, contribuyó a construir. Cuando nació Wikipedia, nadie pensó en el término “wiki” como arma. Hoy día, en las últimas dos semanas, Julián Assange se ha convertido en el autócrata de todas las Rusias, Zar eterno de un reino sin capital y sin residencia, sin habitantes pero con millones de ciudadanos. Ellos han iniciado la causa revolucionaria de una guerra que ha tenido su primera prueba, con el líder nacional cautivo, los internautas, los hackers, han decido declarar la guerra a los Estados Unidos; destruir todo aquello que ataque a Wikileaks.
            Tabula rasa, Assange, moderno Robespierre ha elevado la lista del Antiguo Régimen y ha declarado a los enemigos, los Estados Unidos tiene ahora un enemigo que ellos han creado. Dadles la internet, que yo les daré la clave de su destrucción. Assange es Bonaparte, es hijo y máxima creación de la revolución creada por sus enemigos.  Francia proclamó la igualdad que hizo que en un país libre cualquiera pudiera ser gobernante, incluso emperador;  Assange es fruto de una  revelación,  de un instrumento de la modernidad, de una sociedad que nos enseñó que el progreso y la tecnología nos llevarán a una sociedad igualitaria. Pero la equidad se construye con honestidad, sin secretos.  La sociedad occidental ha creado a Julián Assange, un anarquista metódico que cree en la dictadura de la libertad absoluta.  Eso es la internet ¿no? Ese es el fin de la modernidad ¿no? Esa es la aspiración del progreso ¿no? Al carajo señor Fukuyama!
            La Tercer Guerra Mundial inicia aquí, con Gravilo Princip disparando a un Francisco Fernando, con Hindemburg nombrando a Hitler Canciller, con Julián Assange entregado en holocausto y las SS de anonymous marchando disciplinados, como ángeles alrededor de un Dios colérico que se ha hartado de un experimento fracasado llamado humanidad; Alea jacta est, Aníbal ha cruzado los Alpes, Napoleón tendrá su Austerlitz, Nelson su Trafalgar y la Madre Rusia su Stalingrado, las Cortes de Cádiz se han reunido;  por otro lado, la arrogante sociedad occidental verá a su Carlomagno en Roncesvalles, Villeneuve los guiará al desastre mientras Alarico saquea la información de la Nueva Roma.
En fin, pasarán años, pero sabremos que todo inició aquí y que la historia inicia aquí, que de las cenizas surgirá otro imperio y que descubramiremos que el status quo es lo único que no podemos detener en la ronda de las generaciones.
            El resto es historia.

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