Inquieta a las autoridades crecimiento de un nuevo culto
Daniel Hernández El Informador.
En los crecientes meses la ciudad de Guadalajara ha presenciado el crecimiento a pasos agigantados la práctica de un nuevo movimiento religioso que ha sido llamado como “inquietante” por las autoridades locales y una “herejía peligrosa” por la Conferencia Episcopal.
En los últimos meses, la aglutinación de algunos movimientos locales de pequeño tamaño en una única congregación de carácter masivo ha ido generando preocupación en ciertos personajes de la espera pública y religiosa. La autodenominada Nueva Iglesia Naturalista de la Integración a la Verdad Eterna (NINIVE) apareció de manera casi repentina en la escena local. Aunque nominativamente es inofensiva, señala Miguel Insulza, catedrático de la UdeG, contiene un cargado discurso antisemita que canaliza los peores temores del México rural, permitir su crecimiento es legitimar las mismas ideas que hicieron tanto daño a Alemania hace ochenta años, sentencia.
Para la doctora en movimientos sociales Selena Ivei, la aparición de esta clase de grupos corresponden a un sentimiento cíclico de canalización de odios y frustraciones de las clases populares, el pietismo religioso del siglo XXI no responde a las corrientes religiosas tradicionales, advierte, sino que es una confluencia de ideologías muchas veces contradictorias entre sí de manera intencional, esto para ganar adeptos y aumentar el número sacrificando la integridad misma de su teología.
El representante estatal de la CNDH, Sergio Sepúlveda, ha declarado que esta clase de movimientos con marcada tendencia xenófoba y discriminatoria no tienen cabida en la sociedad mexicana moderna y que solo perpetuán las atrocidades cometidas en el pasado, culpar a las minorías religiosas por medio de un gnosticismo retrograda solo desvía la atención de las personas de sus propios problemas reales y les hace creer que existen soluciones lineales a todos los problemas.
Nacida como una pequeño grupo de cristianos evangélicos, el movimiento ha presentado un crecimiento exponencial considerable en boca del autodenominado Hierorabí Néstor, que utilizando una retorica incendiaria cargadas de lugares comunes (llamada por sus seguidores “escolástica democratizada”) se ha ganado con el corazón de miles rodeándose de prostitutas, drogadictos, colectivos Lésbico-Gay’s, alcohólicos y delincuentes menores, legitimando sus acciones como parte de un programa divino de integración y ganándose sus voluntades hasta convertirlas posiblemente, como alcanza a adivinar la PJEJ en un reciente comunicado, en unidades paramilitares sometidas a su voluntad.
Patricio Hernández, vocero de la congregación, en entrevista radiofónica ha declarado “Las declaraciones del Hierorabí son las mismas que aparecen en la Biblia, en el Libro de Malaquías dos once dice: ‘Judá ha traicionado, y se ha cometido una abominación en Israel y en Jerusalén. Porque Judá ha profanado lo que está consagrado al Señor, lo que él ama, casándose con la hija de un dios extranjero.’ El Hierorabí solo está retomando las advertencias hechas hace tres mil años”.
Ante la pregunta de si no temen que el discurso utilizado por su comunidad sea similar al pensamiento nacional socialista respondió “los nazis pertenecían a grupos ocultistas y eran antisemitas porque creían que los judíos eran los ladrones de sus riquezas, nosotros solo advertimos la realidad con pleno respeto a los demás, nunca hemos utilizado un discurso de odio que aliente a la violencia”. Cuando se le reiteró el cuestionamiento de si sus miras son más allá que de la sola actividad religiosa respondió secamente “en 388 un grupo de cristianos quemaron la sinagoga de Calínico, cerca del Éufrates, el Emperador Teodosio I ordenó reconstruirla con el dinero de los mismos cristianos, Ambrosio de Milán se preguntó ‘¿Qué es más importante, la exhibición de disciplina o la causa de la religión? El mantenimiento de la ley civil es algo secundario comparado con el interés religioso’ no hay nada nuevo bajo el Sol, nuestras ideas son eternas, no los gobiernos” reconoció para después dar por terminada la entrevista.
Extraído del blog de Santino Cavazza
¿Cuál es la naturaleza del mal? Hace algunos días un servidor decidió meterse en la intrincada red de un movimiento mesiánico que me inquietó de tal manera que intenté buscar alguna forma de entender que esto no era una iglesia en Guadalajara sino una cervecería en Múnich.
La llamada Nueva Iglesia Naturalista de la Integración a la Verdad Eterna es una de esas rara avis nacidas en el seno de la sociedad más conservadora sin pasar por el filtro de la racionalización de la fe. Juntando una serie de principios religiosos básicos, como la recompensa y el castigo, así como el condicionamiento de que nuestras acciones en la tierra tendrán relevancia en un mundo superior. Pero hasta ahí.
El día que decidí asistir lo primero que tuve que resaltar es que no era el esquema tradicional de un culto o secta, es decir, no tenían esa condición selectiva en la que depuran a aquellos que puedan considerar contrarios o peligrosos a sus creencias, sino que las puertas, siempre abiertas para mi sorpresa, no se cierran llegando a estar abiertas incluso a altas horas de la noche.
Cuando comienza el culto, los asistentes no toman asiento a pesar de las sillas perfectamente ordenadas para su comodidad, sino que permanecen parados en la espera del hierorabí Néstor—ya hablaré de él—que, cuando aparece, en lugar de ser recibido con los aplausos propios de un ególatra, entonan un mantra bastante parecido a los que escuchamos en la India (Según dicen la repetición de sonidos sin sentido tiene la función de dejar la mente en blanco al impedir que se realicen operaciones semánticas en el cerebro). Pasados casi diez minutos lentamente dejan de orar para mirar fijamente al orador; éste aparece vestido en una túnica blanca, ornamentada con incrustaciones doradas—espero que no sean de oro—que contrastan con las sandalias de cuero que porta. Mira al público y sonríe, comienza saludando a tirios y troyanos para luego leer—no sé si intencional o aleatoriamente—un fragmento de la Biblia o de alguno de esos libelos que escriben algunos de sus “fieles” para pasar a dar lo que él llama el sermón.
¿Cómo describir su desarrollo? Voy a partir con que no es Hitler, y como no es Hitler, no tiene ese mesianismo en su discurso que engatusa a las masas haciéndolas creer que sin él el fin es la otra alternativa, de hecho su método es más sutil e inteligente. Comienza de manera pausada, incluso demasiado lenta en veces, pareciere que le está dando tiempo a las personas distraídas para que se unan a los oyentes, después, sin que se den cuenta—o yo no supe en qué momento sucedió—unas seis personas, tres de cada lado, están paradas junto a él, miran fijamente al público, primero uno cree que es para detectar a los disidentes, pero luego de un rato descubres que son una especie de equipo médico de respuesta rápida para los que puedan presentar dolencias no se pierdan el sermón. Me perdí unos instantes, pero el tono ahora era más algo y veloz, incluso de una velocidad que me pierdo en algunas palabras, pero mientras más rápido habla más alto es el tono. Como no tiene micrófono gesticula los brazos de manera que parece coordinada, mueve el brazo izquierdo rápidamente cuando quiere hacer énfasis en algo, luego, cuando termina una oración, hace un movimiento rápido horizontal con el brazo derecho y mira fijamente al cielo. Ha dejado de mirar al público hace rato y entra en una especie de trance silencioso, no habla, pero en las cuatro pantallas instaladas pude ver que mueve los labios, como hablando para consigo mismo. Luego ¡pam! Vuelve al tono lento, repitiendo la misma idea anterior, pero no puedo distinguir si lo hace con tono de disculpa por lo dicho o si estuviera repitiéndoselo a sí mismo, incrédulo de sus propias palabras. Uno de sus “médicos de élite” lo toma en un gesto previsible, o está perfectamente ensayado en qué momento sostenerlo o no es la primera vez que se desfallece al terminar.
¿Quién es el Hierorabí Néstor? Cuando vi el sermón entre en la disyuntiva de saber si era un líder carismático o un estafador malicioso que tiene bien estudiados los gestos y los modos de actuar. Luego del servicio quise entrevistarme con él, pero evidentemente me dijeron que estaba ocupado con otros feligreses necesitados—esta vez sí fue claro el sistema selectivo, parece que quieren evitar intromisiones de periodistas—por desgracia, para cubrir mi “tapadera” no podía hace demasiadas preguntas, o por lo menos no tan obvias; lo que sí no puede dejar de preguntar era sobre él, nadie tenía idea, eso sí, de qué era en sí un “hierorabí” la palabra tampoco me aparece en google, algunos me dijeron que era un titulo otorgado a unos pocos iniciados en ciertos ritos, que además de él, solo hay otros dos hierorabís, pero que están ocultos, y que es un titulo con el que se nace, que no se hereda, según un panfleto que había en la entrada, cuando moría un hierorabí, pasados tres años nacía otro y su paradero le era revelado a los otros dos que lo buscaban y le revelaban su condición. Aquí fue cuando o no entendí nada de nada, porque o es un charlatán, o un verdadero creyente de eso y, para ser sincero, me asusta más que sea la segunda opción.
Lo segundo que descubrí es que creo que realmente no se llama Néstor, sino que es un nombre que se impuso a sí mismo—se siente Papa—y que realmente nadie sabe quién es o quién era, algunos dicen que pasó algunos años en el extranjero, aprendiendo ciertas cábalas en Jerusalén; otros que fue iniciado en un lugar secreto cerca de Eleusis, otros, los más racionales, recuerdan haberlo visto trabajando en una papelería hace un año—en la prensa esta es la versión más aceptada, aunque por alguna razón, cualquiera que pudiera haber dado dato de él o no se encuentra, o no quiere hablar, o defiende las otras versiones. Lo que he encontrado es que su nombre era Diego Carvajal y que no llega a los treinta años. De ahí en adelante nada, está el Hierorabí Néstor.
Pero detrás de cada gran hombre hay una gran mujer, y detrás de un líder religioso, está una camarilla de cortesanos. A lado del Hierorabí, según testimonios, hay cuatro personas. Patricio Hernández, su vocero o secretario de prensa, luego de él es el más conocido, sobre todo porque últimamente son demasiadas las veces en las que ha tenido que dar comparecencias o comunicados para calmar algunos reclamos de otros colectivos religiosos; luego viene María Roderigo, su financiera, porque uno no puede crecer espiritualmente sin una buena renta; después está Raúl Fernández, que es una especie de coordinador—el tipo que siempre está llamando por celular porque siempre hay un asunto que atender—, luego está una jovencita de unos diecinueve años que tal parece ser su concubina, vamos a aplaudirle eso mis lectores, no es de esos profetas que tienen harem, no rechaza la bigamia, pero es opcional, parece que fuera de esa chica—que me fue imposible sacar un nombre—no existe otra mujer.
Entre los asistentes al culto, luego de que termina el sermón, se reúnen en células de no más de doce personas donde uno de ellos se encarga de elaborar un programa para la semana con metas claras—cierta cantidad de donativos, ir a tal lugar a realizar labores proselitistas o hacer un fondo para algún miembro en apuros—luego comienzan a platicar entre ellos, esperando ya sea audiencia con el profeta—no sé si esa sea la palabra, pero me gusta más que hierorabí—o conversar con algún miembro del grupo.
Dicen que es un culto mesiánico que se está construyendo alrededor de los rechazados por la sociedad, y eso creo que debo de reconocerlo, las putas, los jotos y los borrachos han encontrado una religión que les permite putear, jotear y emborracharse y salvar su alma; lo que todavía no sé es si ellos saben que cada vez están más cegados por un hombre que puede utilizarlos para otros fines.
Dicen que el principal peligro de esto es el hermetismo en torno al profeta, pocas personas se acercan a él—y cuando me refiero a acercarse me refiero a hablar, no a buscar su consuelo espiritual—y sobre todo, un marcado tono antirreligioso. Dicen que es antisemita, pero pareciera que es antireligión, nunca se refiere a la suya como tal, sino como movimiento o comunidad, como si la etiqueta de religión fuera condicional de que está limitado a solo un ámbito.
No sé que opinar de esta Nueva Iglesia Naturalista de la Integración de la Verdad, ni siquiera sé qué significa el nombre, pareciera intencionalmente seleccionado para que las iníciales dijeran NINIVE. Lo que sí es que no parece ser algo realmente bueno, demasiada teatralidad para algo inofensivo. Leí que la comunidad israelita de Guadalajara se ha manifestado y exigido a las autoridades que le retiren el registro, pero hasta ahora se han mantenido al margen de violar alguna ley o encuentran alguna trampa o vacío legal que les permite seguir. Alegan que si son juzgados de antisemitas, tendrían que juzgar a millones de ciudadanos y, por desgracia en eso tienen razón. Me pregunto si Plinio el Joven se habrá hecho las mismas preguntas cuando le escribió a Trajano sobre los cristianos.
Fuera de eso, estamos frente a un montón cada vez más grande de chalados guiados por un chalado cada vez más fanfarrón.
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