30 nov 2012

La Corte de las maravillas.


Los manteles están puestos y los invitados han llegado. El presidente electo Enrique Peña Nieto acaba de presentar a aquellos que lo acompañarán los siguientes seis años, algunos no llegarán al final del sexenio, pero otros permanecerán más allá de este.
            Cuando las filas del PAN están mermadas y las del PRD fragmentadas, la unidad solo queda dentro de un partido, pero no es el mismo PRI de antaño, de la presidencia imperial, doce años de alternancia y la movilización de la sociedad civil han derrumbado el mito del Presidente que todo lo puede y que todo lo ofrece, el tlatoani perdió la corona y la cambio por botas.
            Dicen las malas lenguas que el gabinete del presidente es fruto de una batalla al interior de la corte de los milagros, que el primer intento malogrado del Pacto por México fue para quemar a Osorio Chong porque él representa una parte del peñismo originada en Ernesto Zedillo, y que influyentes políticos priístas alineados con Salinas se encargaron de presentarlo como un fracaso antes de ocupar la SEGOB.
            Pero ahí está Chong, y estará un rato si se confirma la desaparición de la SSP y entramos a la supersecretaría. También hay nombres salinistas, como Claudia Ruiz Massieu, sobrina del innombrable, pero lo más importante no es la corriente a la que pertenezcan, sino que resaltan figuras como Rosario Robles, ex jefa de gobierno del DF y ex presidenta nacional del PRD, ahora ocupando el mismo puesto que en su momento atesoró Colosio; Emilio ChuayFette, némesis de la eterna maestra Gordillo y símbolo de que la lideresa ya es persona non grata dentro del Revolucionario Institucional, moneda de cambio, lo quito si me escuchas, será la consigna. José Antonio Meade, secretario de hacienda con Calderón ahora se va a representar al país en el exterior, en parte para darle el control de la economía a los priístas y en otra parte para que sea un economista el que pueda hablar con las naciones extranjeras.
            Para la energía, todo en familia, y no hay mejor familiar que el que mantuvo a todos unidos para retomar Los Pinos, así el señor Coldwell no solo tendrá una cartera importante, sino que será el artífice de la negociación política de la madre de todas la reformas.
            ¿Y PEMEX apá? Emilio Lozoya, cuya función será administrar y negociar con el sindicato para poder hacer terso el camino para el señor Coldwell y... claro, el hombre que más poder ha acumulado en los últimos meses y el brazo derecho e izquierdo de Peña Nieto, Luis Videgaray Caso como flamante Secretario de Hacienda, no es nuevo, ya fue secretario de finanzas con Peña en el Edomex, renegociando satisfactoriamente la megadeuda dejada por Arturo Montiel y como presidente de la comisión de presupuesto de la Cámara de Diputados, Videgaray tiene fama de sobrio, carente de carisma, el cual sustituyó por una increíble capacidad de operación política, no por nada fue él y no Salinas o Zedillo quien puso a Peña Nieto en Los Pinos.
            No hay ya Secretario de Seguridad Pública aunque el PAN reventó la reforma que desaparecería dicha dependencia, tal vez para afirmar que ya es algo amarrado.
            Tampoco, a excepción de Coldwell o Navarrete, hay más dinosaurios y la vieja guardia del PRI parece replegarse a un programa que busca modernizar el país, modernización que lleva 18 años aparentemente estancada por la falta de acuerdos y rivalidades entre grupos al interior de los gobiernos.
            Dicen que Peña Nieto es un figurín, pero este figurín gobernó el Estado más poblado del país y ahora la nación, inculto sí, pero no estúpido y eso se ve cuando ha logrado mantenerse ajeno a todos sus padrinos y otorgando ducados a los nobles que lo apoyaron para llegar al trono.
            Estamos a unas horas para decirle adiós al sexenio más surrealista del país, un sexenio donde se puede vivir acomodadamente con seis mil pesos, los cerdos nos pegan la gripe, los narcos le disparan a las escopetas, las francesas nos ponen locos y los Estados Unidos Mexicanos estuvieron a punto de ser México.
            El sueño de los justos no es para Felipe, sino para los que tenemos insomnio.
            El resto es historia y esperemos que lo que siga sea para bien.

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