extraido de http://www.180.com.uy
Que lejos quedó aquel eslogan: “un argentino, un hermano”. Por lo menos hasta después del clásico más importante de los últimos 20 años. Hubo tensión en la llegada de Argentina al aeropuerto y cantos en el hotel. A horas del Uruguay – Argentina, nadie habla de otra cosa. Con la victoria, la celeste clasifica directo al Mundial y encima puede eliminar a Argentina. Tabárez no confirmó el equipo pero será el mismo que le ganó a Ecuador. Cristian Rodríguez estará en el banco. Maradona tampoco dijo quiénes serán los titulares pero entrará Verón y seguirá afuera Palermo. Las entradas están agotadas desde el lunes. Se trasmitirá por los canales privados.
Solo el fútbol puede dejar en un claro segundo plano la campaña electoral a 11 días de las elecciones nacionales. El martes por la noche, los informativos centrales de los cuatro canales abrieron con el clásico que se jugará desde las 20 horas en el Estadio Centenario. Ni Pepe, ni Danilo, ni el Cuqui, ni el Guapo. Ni Factum, ni Cifra, ni Equipos Mori. Solo el fútbol lo puede lograr.
Algunos dicen que es la batalla del Río de la Plata. Lo cierto es que se trata del partido más decisivo desde el Uruguay – Argentina de México 86. Es que todo puede suceder. Con la victoria, Uruguay llega al Mundial de forma directa y Argentina, de acuerdo a lo que ocurra en Santiago, puede quedar eliminada. Con los otros resultados, la que pasa a depender del partido entre Chile y Ecuador es Uruguay. Si los ecuatorianos no ganan, el equipo de Tabárez quedará quinto e irá a repechaje. Si Ecuador gana y Uruguay no, la celeste quedará eliminada. ¿Se puede pedir más morbo?
La selección uruguaya no está confirmada oficialmente pero todos los indicios apuntan a que Tabárez repetirá el equipo que inició el juego en Quito. Fernando Muslera, Andrés Scotti, Diego Lugano, Martín Cáceres, Maxi Pereira, Walter Gargano, Diego Pérez, Álvaro Pereira, Jorge Rodríguez, Luis Suárez y Diego Forlán saldrán a la cancha del Centenario. La diferencia es la disposición en el campo. Si contra Ecuador fue un marcado 5-3-2, ante Argentina será un 3-4-1-2, con los Pereira abiertos por las puntas y el Japo Rodríguez suelto. Pero para que esto sea oficial, habrá que esperar que la celeste llegue al Estadio.
Argentina está en Montevideo desde el martes por la noche. El equipo de Maradona llegó en un charter desde Buenos Aires y se alojó en el Sheraton. Es una situación desconocida para el seleccionado albiceleste que desde que se juega en régimen de todos contra todos, siempre clasificó con facilidad. Esta vez llega a la última fecha con la soga al cuello.
El DT tampoco confirmó el cuadro pero los medios argentinos dan como seguro un equipo con cuatro defensores centrales ocupando todo el fondo, con Sebastián Verón en el medio y con Martín Palermo en el banco. Romero, Otamendi, Demichelis, Schiavi, Heinze, Jonás Gutiérrez, Mascherano, Verón, Di María, Messi e Higuaín. En tres días, desde Argentina, se anunciaron tres equipos distintos aunque aseguran que este es el titular.
En la llegada de la selección de Maradona, llegó por la noche y hubo tensión. Las crónicas de los medios argentinos hablan de empujones entre hinchas y periodistas uruguayos e integrantes del plantel albiceleste. El diario La Nación agrega que unos cien uruguayos esperaron el arribo al hotel Sheraton por parte de la delegación argentina y, a su llegada le hicieron sentir la condición de visitante. "A estos putos les tenemos que ganar", el típico grito de guerra "Uruguay, Uruguay", "Soy celeste, soy celeste" y "Mandarina, mandarina, ya que tienen tantos huevos recuperen las Malvinas", fueron algunos de los cánticos que recibieron al conjunto argentino.
La locura generalizada que hay en Montevideo, parece no haber alcanzado al plantel. Tabárez se encargó de dejar claro que no se pueden desconcentrar aunque admitió que intenaron lograr ese sentimiento en la gente desde la primera fecha. Desde la objetividad, el partido es muy complicado. Nadie puede pensar que la selección arrollará a Argentina, nadie puede presumir un trámite fácil en el juego.
También es cierto que es difícil que haya un Uruguay - Argentina en estas condiciones. Con la celeste bien arriba desde lo anímico y con dos victorias seguidas ante una Argentina golpeada, desconcertada y con un técnico que no sabe qué hace. Y con la oportunidad de darle el golpe del nocaut.
Colectivamente, Uruguay tiene mejor rendimiento que su rival. Individualmente, Argentina tiene mejores jugadores. Pero hoy juegan otras cuestiones.
En la mitad de la cancha se definirá gran parte de la historia. La vuelta de Verón es un elemento de cuidado para la celeste. Es el socio que precisa Messi. El de Barcelona no es un elaborador de juego. En su club, se la dan redonda Iniesta y Xavi y él hace la diferencia. Juega en un cuadro en el que cada uno toca un instrumento para lograr la sinfonía. En Argentina le piden que agarre el violonchelo, el piano, el oboe, la flauta y el resto de los instrumentos. Tiene que cargar con todo. Pero con Verón se puede descansar un poco más. Y a eso debe estar atento Uruguay. Gargano y Pérez tendrán mucho trabajo.
Para ganarlo, la celeste cuenta con Forlán y Suárez. Una dupla comprobada. Pero ante esta Argentina pasiva por arriba, buscar el gol de cabeza es un arma que no se debe desaprovechar. Allí Scotti y Lugano jugarán un papel trascendente. Hace cuatro fechas que Argentina recibe por lo menos un gol y Maradona cambia de golero y defensas todos los días. Son muestras de falta de consistencia defensiva que Tabárez conoce. Y esta noche, jugará con cuatro centrales, una señal de que presentará un equipo partido en el que sus improvisados laterales no subirán casi nunca. Eso también se deberá aprovechar.
El partido comenzará a las 20 horas. Las entradas están agotadas desde el lunes y los canales 4, 10 y 12 lo trasmitirán en vivo. El juez será el paraguayo Carlos Amarilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario