25 ago 2010

Barranca abajo: Cumpleaños del Uruguay


Cuando el presidente chileno Sebastián Piñera anunció que los 33 mineros estaban vivos, el comediante uruguayo Carlos Tanco, en voz de su personaje Darwin Desbocatti no pudo más que soltar el comentario de que eso no era más que un vil plagio de la historia patria del Uruguay, una parodia mal hecha de la historia del desembarco de los 33 orientales y supervivientes de los Andes.
            Y sí, hoy día Uruguay es uno de esas rara avis en el panorama internacional debido a su crecimiento ordenado, moderado, racional, sin caer en el peligro de la demagogia populista Venezolana o la perdida cuasi total de soberanía de Colombia (aun me debato si eso es malo o bueno), marcha, como un pequeño gran país a… pues a alguna parte.
            La historia del Uruguay es la misma que todos vivimos, comenzó con un grito que inició el proceso emancipador y terminó con un abrazo. Un caudillo, José Gervasio Artigas que se enfrentó a sus propios compatriotas, quienes desecharon su proyecto, lo obligaron a exiliarse y después lo querían llamar como un prócer.
Artigas
            Pero ¿Dónde nace el Uruguay? ¿Cómo un país tan pequeño se pudo mantener avante ante la sombra de sus dos vecinos, los gigantes regionales de Sudamérica? Tener a la Argentina, modelos cultural y psicológico de reacciones ante la vida, y al Brasil, espejo de sus aspiraciones de jugar algo más en el escenario mundial. Arriba tiene a su eterno confundido, Paraguay. Así, encerrado, atorado y aturdido buscando la identidad que todos necesitamos buscar algún día. ¿Cuál es la nacionalidad uruguaya? ¿Es anterior a la independencia? ¿Era social y políticamente viable separarse de Argentina y Brasil? Puede que esas discusiones  puedan haberse llevado durante años, pero en tiempos convulsos la historia toma las decisiones más rápido que los interesados.
            Historias con historia, diversos nombres para una región tan pequeña, Banda  Oriental, Estado Oriental, Provincia Cisplatina, República Oriental del Uruguay. En los debates sobre el nacimiento hubo preguntas tan gramaticalmente complicadas como “si vamos a decir Oriental está bien, ¿pero al Oriente de qué? ¿De la Argentina?”
Un servidor junto a lo 33 Orientales
            En 1821 (año verdadero la de independencia en México) entra en vigor la Provincia Cisplatina bajo soberanía de Brasil, desde Buenos Aires se preparaba una reconquista y esta se dio con el famoso desembarco de los 33 Orientales con Juan Antonio Lavalleja al frente (ironías masónicas que el Rito del Gran Oriente tenga 33 grados) que obviamente fueron sumando gente (nadie en su sano juicio se rinde ante solo 33 monos) hasta no lograr la anexión a la Argentina, pero que tal vez dejar a la región (calientita con eso de caudillismo y recién salidita de algunas guerras) en el borde de un caos político y militar, todo por un pedazo de pasto (que sí, el hoy Uruguay no era más que la tierra de pastoreo para los ganados de Buenos Aires). Así que era necesario que se haga otra acción, que haya un intermediador que haga voz de los reclamos de todos, tanto brasileños como argentinos. Claro, la única autoridad que podía ser árbitro era Inglaterra; así que deciden mandar a John Ponsomby, quien con magistral plumazo decidirá el destino de una nación. ¿Cómo? Con un razonamiento fácil “si ustedes dos quieren esto, pues no será de nadie”. Notablemente la intención inglesa era más pragmática, dejar la Banda Oriental en propiedad de alguno de estos dos gigantes les otorgaría el monopolio de la navegación por el Rio de la Plata, cosa que no sucedería si es un rio “compartido” entre todos.
            Se firma entre las Provincias Unidas del Rio de la Plata (Argentina) y el Imperio del Brasil la llamada Convención Preliminar de Paz (nota, parece que a estas alturas la opinión de los habitantes de la Banda Oriental ya no pintaban mucho en las negociaciones). Documento en el que se establecen los delineamientos de lo que será el país naciente (eso sí, en ninguna parte se marcan lo límites territoriales). Bajo protección Inglesa, el nuevo país gozará de la ayuda de Argentina y Brasil los siguientes 10 años hasta que no se consolide como país (o sea, tienes pedos internos, yo llego, los calmo y me voy… ajá)
Art. 10. Siendo un deber de los Gobiernos contratantes auxiliar y proteger á la Provincia de Montevideo hasta que ella se constituya completamente, convienen los Gobiernos en que si antes de jurada la Constitución de la misma Provincia, y cinco años después, la tranquilidad y la seguridad fuese perturbada dentro de ella por la guerra civil, prestarán a su gobierno legal el auxilio necesario para mantenerlo y sostenerlo. Pasado el plazo expresado, cesará toda la protección que por este artículo se promete al Gobierno legal de la Provincia de Montevideo y la misma quedará considerada en estado de perfecta y absoluta independencia.
Ahora bien, este no es el artículo más “raro” de esta convención, sino el 18
Art. 18. Si, lo que no es de esperar, las Altas Partes Contratantes no llegasen a ajustarse en dicho Tratado definitivo de Paz, por cuestiones que puedan suscitarse, en que no concuerden a pesar de la mediación de su Majestad Británica, no podrán renovarse las hostilidades entre la República y el Imperio antes de pasados los cinco años estipulados en el art. 10, ni aun después de vencido este plazo las hostilidades podrán romperse sin previa notificación hecho recíprocamente seis meses antes, con conocimiento de la Potencia mediadora.
Con este tuve algún problema estando allá en el Uruguay en plena clase, debido a que cuestioné la legitimidad de Uruguay como Estado si claramente este articulo lo declaraba “estado de prueba” que si en 10 años no latía el bisne, pues simplemente lo podían reclamar otra vez los dos gigantes. Ya que permite (previa notificación) retomar las hostilidades para reclamar la región.
            ¿Un país que se digne de nacionalidad puede negar el hecho de que fue creado por orden de otra nación y todavía de prueba? Se me respondió que Uruguay es independiente, pero eso es un razonamiento erróneo, ya que mi cuestionamiento fue de un hecho pasado, no sobre el presente, y por más que el presente haya dado la razón, el pasado aún está ahí, y es un hecho que en el pasado aun no era tan viable el proyecto uruguayo y fue dejado al tiempo. Si yo le ofrezco 1000 pesos a una persona en una semana si los llego a tener y en una semana se los doy porque sí los tuve, no borra el hecho de que puse en duda la posesión del dinero. Carlos de Castro cerró el debate con una frase lapidaria
Es un deber de toda nacionalidad no discutir su independencia, sino acatarla y dignificarla
Así, sin más, Uruguay es independiente, no discutan si pudo no serlo o si merece serlo, sino acaten, dignifiquen y glorifiquen, unanse a la parafernalia sociopolítica de una ficción, de una republica imaginada desde Londres
Por eso siempre me dijeron que Montevideo es un anexo de Lóndres.
            Oficialmente la fecha es en 1830, porque el desembarco fue en 1825 y el tiempo para la constitución fue de 5 años (a partir de 1825), la convención se firmó en 25 de agosto, dejando oficialmente a la República Oriental del Uruguay como un país independiente. Cosas importantes pasaron, los partidos políticos más antiguos del mundo actualmente son uruguayos (Blancos y Colorados), la Suiza de América fue un modelo al que aspiraron muchos, incluso el FAP de AMLO es una copia del Frente Amplio creado por Líber Seregni como bloque de izquierdas contra un dominio total de dos partidos tradicionalistas, En 1930 se construye el Estadio Centenario para celebrar el primer Mundial de la historia (que Uruguay ganó), el principal exportador de software de América Latina y una de las democracias más limpias del mundo, primer lugar en libertad de prensa y segundo en calidad de vida. Toda una joya.
Nada mal para un país que comenzó por designio inglés ¿no creen?

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