Todos conoces aquella lapidaria frase de Andy Warhol sobre los 15 minutos de fama. Parece fácil, y a la vez una tortura cuando llegamos al minuto 16 y la fama se ha esfumado porque los reflectores ahora están sobre la luminaria en turno.
Aun así nadie sabe cómo es que funciona este axioma, este mecanismo social para determinar la calidad artística de una persona. Ahora estoy escuchando la noticia sobre los 33 mineros chilenos atrapados en una cueva. Saldrán y serán famosos, harán entrevistas, televisión, radio, libros, tal vez películas u una miniserie de televisión. Pasará todo eso y después regresarán a sus minas a sumergirse en el anonimato.
En México cuántos héroes no tuvimos que fueran así, caballeros de bajo estrato social que se sobreponen a las adversidades de la vida consolidarse como alegorías del trabajo duro. Claro, lo que no se menciona es que en México nos gustan ,los héroes cansados, decadentes, sin calidad moral para ser héroes ni habilidades; es una cuestión de suerte, estar en el momento equivocado a la hora equivocada para que estés a punto de morir, sobrevivir y atribuirle eso a Dios o la mar en coche. Recordemos algunos nombres:
Jimmy
El boludito que cantaba en el teletón, un niño enfermo que se hizo famoso gracias a una por demás horrenda versión de “yo no fui”. Y que en realidad no merecía cámaras por más de 5 minutos. Pero, no, el mundo ocupaba un rostro infantil que cantara y demostrara optimismo ante su miserable vida. Y Jimmy lo era, pero la fama tiene sus costos, y el del joven cantor fue expulsado del CRIT porque ya no iba a ninguna terapia, debido a que la fama exige mucho de sus artistas, eso sí, una vez fuera del CRIT Jimmy decidió dar un break a sus extensa carrera y dormir el sueño de los justos.
Los tres "naufrafos"
¿Recuerdan esa historia? Tres boludos que salen y regresan los tres boludos “rescatados” por un barco creo que japonés y dieron entrevistas a diestra y siniestra, cada una con más detalles y con cada vez más incoherencias. La versión más creíble comenzaba con una pregunta “¿Qué mierda hacían ahí a esa hora?” y “¿por qué carajos no supieron regresar si estaban tan cerca y ustedes son pescadores, a eso se dedican?” junto al hecho de que nadie los reportó como desaparecidos, a lo que algunos respondieron que era tal vez a que no fuera muy legal lo que estaban haciendo ahí (a mí, en lo personal me intriga más la versión de todos los que los vieron salir, y que vieron salir a 4, no 3 ¿dónde quedó el otro?). La gente lo llamó show mediático y como llegaron se fueron ¿Dónde están esos héroes que lucharon contra la adversidad? No sé, no me importa, a nadie le importan esos tres putos “náufragos”.
El chombo
Si hay un lugar que escribiremos con letras de oro en el salón de la infamia mundial, es el de la música, esa fábrica de estrellas pre digeridas y vomitadas por el mainstream en el que el “artista” de verdad cree que lo que hace le va a dar para vivir aun cuando no entiende que es una víctima más. 90% suerte, 10% trabajo, es la fórmula del éxito. Al tarado del “za za za, yakuzá yakuzá” le tocó ser famoso porque otro “famoso” entró a un Big Brother VIP y la cantó, eso generó dudas, preguntas, fama. Pero el Chombo ¿cómo explicamos los mexicanos a el Chombo sin evitar dejar correr una lágrima fruto de la vergüenza que nos provocó un atentado así contra el buen gusto? Las leyendas dicen que el gato volador salió primero en La vaca y el Pollito. Pero un músico visionario decidió que merecía una canción con letra tan profunda como:
Hago como iguana
hago como mosquito
hago como pollito
hago como ballena
hago como vaca.....
la letra me dejó pensando. No es broma hermano mexicano ¿cómo te puedes mirar al espejo sin recordar que con tu pasividad permitiste que esta mierda tuviera éxito?
No somos la Argentina con Zulma Lobato, pero tenemos la telenovela entre el Pato Zambrano y la Tigresa; no somos el Perú con la Tigresa del Oriente, pero no nos quedamos atrás con Huicho Domínguez y sus canciones; en el Uruguay tienen a Claudia Fernández, pero no se diferencia de Niurka.
Son pocos ejemplos que son lo particular de lo general, el star sistem mexicano nos permite crear famosos cuando nos aburrimos de los actuales a niveles industriales. Yo quiero también mis 15 minutos, y tal vez los tenga, lo que de verdad tiene que discutirse es la forma en la que llegarán y si los perderé, aun sufro ver a Lalo Salazar en Matutino Express cuando en su mejor época era el único corresponsal latinoamericano en la guerra de Irak ¿qué pasó Lalo, la fama no admite a gente con neuronas? Una lástima de sociedad, herederos de MTV y padres de VH1, apologistas de Flavor Flav que no soportamos leer Moby Dick, pues bien, por más difícil y aburrido que sea, leeré a Melville, ya la fama me dirá cómo serán mis quince minutos.
El resto es historia.
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