14 ago 2010

Ich bin Ein Nerd: Inception


Después de ver Inception (El Origen por su título en español) tal vez la mayoría pensaría como referente inmediato Matrix. Por eso de cuestionamiento de la realidad, sin embargo, tal vez el referente más directo sea una película de 1999 llamada Piso 13 en donde un científico crea un mundo de realidad virtual en el que sus habitantes llegan a cuestionarse su realidad y si no estarán viviendo solo una realidad ficticia existente en un plano mayor. La historia de Piso 13 se inspiraría en la tradicional superstición de nunca poner ese piso en los hoteles, pasarse del 12 al 14 es lo recomendado. En la peli, el piso 13 es el tótem, el elemento que te permite descubrir que no es real el mundo que vives. Ahora la pregunta ¿es real el mundo que vives cuando has descubierto que debajo de ti hay un mundo virtual en el que algunos se cuestionan la realidad?
Un Hótel de Buenos Aires, como vera, no existe el piso 13
            Inception parte de la misma premisa, no es una cuestión de fe ni religión como se convirtió Matrix (una magistral primera parte, un error garrafal sus secuelas). Es cuestión de ciencia, sobre como poder entrar en los sueños de los demás para meterse al subconsciente (¿recuerdan la peli de Jennifer López La célula? ahí hacían relativamente lo mismo) para poder obtener respuestas que por medios convencionales lado no habrían aparecido. Una forma sencilla, el tiempo del sueño es diferente al real, 5 minutos aquí es una hora en el mundo del sueño, pero ¿entrar al sueño dentro de un sueño? En ese caso se potencializaría el tiempo ¿hacerlo otra vez? se potencializaría una vez más a tal nivel de vivir toda una vida dentro de un sueño creado por nosotros en el que, conscientes de su carácter irreal, podemos modelarlo a nuestro placer ¿el riesgo? Que con el tiempo olvides el mundo real y creas que esto es lo que es ¿cómo salir? Pues como en un sueño, muriendo (aquí hay un error, los sueños terminan cuando se infringe dolor, así que un simple golpe te orillaría a despertar ¿no?).
            En fin, la historia tiene a Leonardo DiCaprio como Cobb (este es de esos actores del que nadie tenía esperanzas de algo y se levantó como alguien serio) experto en las incepciones (la ciencia de meterse en los sueños de otros), quien toma un último trabajo: meterse en los sueños del heredero de un imperio industrial para que tome la decisión de deshacerlo, cosa nada fácil, ya que no tiene que “convencerlo” sino meterse en lo más adentro de su subconsciente y plantarle la idea, es decir, él tiene que creer que fue una idea natural que nación de él. Para eso el equipo de Cobb tendrá que entrar en sus sueños a tres niveles, en uno pasaran 2 semanas, en otro 6 meses y en el tercero 10 años (que en realidad estarán durmiendo solo 10 horas en el mundo real) aquí entra la primera paradoja, imaginemos que vivimos de esto, y en un trabajo perdemos 10 años de nuestra vida, pero no los perdemos, sino que vivimos otra vida, ahora imaginemos que esta otra vida es mejor que nuestra vida real ¿acaso no nos sentiríamos tentados a creer que en realidad es esta nuestra vida y el mundo real es un sueño del que tenemos que despertar como despertamos del anterior? Toda una paradoja filosófica en la que nunca podemos saber en qué momento es real lo que percibimos como real y qué tan real es lo que en realidad es irreal. El mito de la caverna de  Platón, en el que solo podemos, percibir lo que es perceptible pero no por eso la realidad total se hace presente, nada es real, nada es mentira, todo depende de la lente del ángulo del cristal con que se mira. Aunque el final es virtualmente predecible, tampoco es total, no deja abierto a segunda parte, sino que es una pregunta al espectador acerca de la posibilidad de no estar viviendo una realidad (toda una invitación al suicidio).
            No es la “obra maestra” del género, pero plantea una hipótesis posible que, aunque no vaya a generar las mismas discusiones de Matrix tal vez porque una mitología tan nutrida como la que se desarrolló en la última, ya que en la peli de Reeves la historia es en base a una semi religión cibernética, mientras que en esta solo es un asunto de ciencia, además de que filosóficamente es una temática que ya se ha tratado, llegando siempre a la misma conclusión: si vivimos un  sueño ¿de quién es el sueño?
            Tendemos a pensar que la realidad que vivimos es nuestra realidad y si morimos “despertamos” pero nunca nos cuestionamos si en realidad no somos más que proyecciones o representaciones virtuales de la realidad de otro y nuestra única función es desenvolvernos en torno a esta persona y nuestra realidad deja de existir en cuanto éste muere. Error garrafal ya que se entendería que la gente que yo conozco que nada tiene que ver con el hipotético soñador no tiene razón de existir.
            Sin embargo es una excelente historia que te plantea la posibilidad de toda una vida en 10 horas, nadie se negaría a eso, yo no me negaría a eso, yo no me negaría a morir si esto me permite despertar, como diría Lovecraft “no todo lo que muere yace eternamente, con el paso de los eones, incluso la muerte puede perecer”.
            El resto es historia.

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