--Esa película siempre me gustó—dice Héctor para sacar algún tema de conversación—de hecho me gustan las películas no planeadas, sino las de planeación, saben, ese tipo de pelis cuyo poder radica en narrar cómo se va planeando algo y lo que supuestamente tendría que ser el momento clímax, apenas dura un poco y eso es lo importante, cuando la esencia está en el desarrollo de los eventos y no en los eventos mismos.
“es como Perros de reserva, si miran bien, el leit motiv de toda la peli es un asalto que nunca se ve y nunca se sabe qué salió mal, pero algo se jodió y todo el guión se centra en saber qué es lo que se jodió, qué salió mal en el asalto, es una película de referencias, ya saben, esas películas donde el tema central nunca se ve, solo se hacen referencias.”
--como en el episodio de Doug cuando va a ver la peli del monstruo del pantano—dice Carla.
Recuerdo ese episodio, es cuando sale una peli que va a ver y nunca se ve el monstruo hasta la escena final, escena que, cagado de miedo Doug nunca ve y todo el episodio versa en qué es lo que no vio Doug y qué tan terrible podría ser. Al final el mentado monstruo es tan chafa que no le queda más que reírse de él.
--algo así—contesta Héctor—pero tengo más en mente algo así como El proyecto de la bruja de Blair, durante toda la peli no se sabe nada del aspecto de la bruja y por lo tanto genera esa sensación de miedo e impotencia.
--debe ser eso lo interesante—Daniel interviene como quien no quiere, creo que solo quiere fastidiar a Héctor en plan de “mira, soy igual de gilipollas que tú”—lo central es desconocer cosas, el miedo a través de lo que no se puede ver y por lo tanto, es imposible conocer, no causa miedo la bestia, sino el no saber qué es la bestia.
--Exacto—Héctor entra en el juego—Sun Tzu decía que la guerra se basa en el engaño, lo mismo es el buen cine, el que te hacer sentir que hay algo aunque no lo veas.
--como en las pelis del shambalaya ese.
--¿Quién?—me preguntan todos.
--el hindú, paquistaní, iraní, no sé que sea, el del niño de la gente muerta. Que se la tira de Hitchcok, bien de “mientras más te confundas mejor la estoy haciendo” ya saben, el que hizo esa madre de la aldea que al final de aldea nada, totalmente ilógico. Una mugre.
--ahh ya, no me acuerdo del nombre, pero él es un buen referente, aunque más que “tirársela de algo” se merece el titulo de heredero de Hitchcok, otro ejemplo sería no sé, como esas historias en las que nunca se sabe quién es el asesino. Estrés constante. Provocar una sensación de deseo de conocer lo que no se nombra pero siempre hacen referencia. Creo que aparecía en esa novela de Welsh “es fácil amar a alguien ausente, a alguien que no conocemos” acá es igual es fácil tener miedo a lo que no conocemos.
--o como el papá de Fran Drescher en La niñera, nunca aparece, solo lo nombran. —digo un poco hastiado.
--no tiene nada que ver, eso es comedia, no es serio.
--tampoco creo que Tarantino se haya puesto en plan de seriedad cuando escribe esos diálogos. Eso de las royal güit chiss no parece un dialogo demasiado profundo.
--no, no lo es, pero en su caso la profundidad radica en la sencillez, no todo es complejo.
Claro, ahora va a hablar de la escena de Belleza Americana cuando el tarado se queda grabando una bolsa, me rio, no por la escena, sino porque recuerdo la parodia que hacen en Familia gay.
Me canso, me canso mucho de tener conversaciones que no terminan, prefiero enfocar la cabeza a la película, creo que me gusta El plan perfecto por la dupla entre Clive Owen y Denzel, el cabrón se siente detective de los cincuentas y eso es lo que lo vuelve atractivo. Una especia de superposición de personajes que son antagonistas y pero parece que se protegen mutuamente.
No sé por qué estoy pensando en esto, por qué hablamos de pelicular, me estoy cansando, creo que es el efecto del faso, eso pasa cuando fumas mucho, la primera etapa es de euforia transicional, pero hay un momento leve, en que piensas “mierda, creo que fumé de más, tal vez me dé un infarto” el corazón late aceleradamente y siento cansado el brazo izquierdo, sé que no me está dando un infarto porque siempre pienso lo mismo cuando fumo, pero puede que esta vez sea cierto, nadie me asegura que las cosas no le pasen a uno, las cosas pasan cuando pasan, antes de que pasen simplemente no pasan. Si pasaran antes de pasar entonces no pasarían, sino que existirían desde antes, como pensamientos preconcebidos. Deberían hacer eso, inventar una maquina de pensamientos preconcebidos e implantarlos a aquellos que necesitaran. Por ejemplo, si yo nunca he estado en la playa o Europa podría comprar un paquete de recuerdos e instalármelos, “hola, quisiera follarme a dos estudiantes extranjeras en un burdel de Holanda, una alemana y una italiana” “perfecto, serán doscientos pavos, fórmese y en treinta minutos le llamarán para el implante de recuerdos ¿le gustaría aprovechar nuestra promoción, por cincuenta pesos más incluimos una orgía en Praga?”. Perfecto, recuerdos a la carta a buen precio y nada de leer o gastar, serían cosas que recordaría.
Tomo nota mental para escribir algo parecido o contarlo en alguna borrachera con personas más pertinentes y receptivas a una idea tan tarada como esa. Hoy me interesaba algo, Daniel, él nos había traído y como que no quiere decir ya nada, no, parecía como si se le hubiera olvidado o no tuviera interés ya de decirnos nada.
Tal vez solo estaba esperando, tal vez solo es cosa de hacerla de emoción para poder arrastrarnos a su juego por ansia y así pueda ser él el que lo controla, desde mi punto de vista eso era mejor, si fue su idea que se haga cargo de su chistecito, total, al final él quedará siendo un neciecito que impondría su punto de vista, creo que solo nos preguntó a nosotros para ver la forma en que estaríamos equivocados, si no hay lucha de clases, para Daniel no existe nada, es el némesis de Francis Fukuyama. Bueno, creo que en modo general, todos somos némesis de Francis Fukuyama. Por lo menos todos los que no somos acurrucados por la mano invisible de Adam Smith
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