20 ene 2011

El Oscuro Pasajero: Reflexiones luego de Umberto Eco


Tal vez la minoría que más ha sufrido en la historia de la humanidad (o por lo menos de la llamada civilización occidental) es la de los judíos. Mucho se habla de ellos pero de cierta forma no se logra comprender cuál es la naturaleza del por qué no son vistos con buenos ojos por ciertos sectores tanto de la derecha como de la izquierda.
            Pero ¿de dónde viene esta animadversión hacia los hijos de Israel?
            Acabo de terminar de leer El Cementerio de Praga de Umberto Eco, primero caí víctima de las reseñas leídas en internet que me narraban otro libro; cuando lo compré lo hice con la idea de que Eco había englobado todo lo políticamente incorrecto y lo hizo un personaje, tal vez porque aquellos que hicieron la reseña se limitaron a leer el primer capítulo.
            El texto es la historia de simón Simonini y el Abate Dalla Piccola, alter ego del estafador Simonini, que es un sacerdote que sirve de fachada para moverse en los círculos conservadores, pero Simonini… tal vez para la mayoría este  nombre no parezca importar para nadie, y es así, porque es ficticio, más existe algo; por allá de principios del siglo XIX un abate de nombre (o apellido) Barrúel escribe el primer tratado conspirativo de la historia; con los hechos todavía calientes, Barrúel atina a culpa de la Revolución Francesa a aquella sociedad que cada vez hacía temer más al conservadurismo: la masonería.
            En esos tiempos, de manera involuntaria circuló una carta de un tal Capitán Simonini (la puede encontrar en internet o hay un estudio bastante sencillo de leer en Amos del mundo: una historia de las conspiraciones de Juan Carlos Castillón, el capitulo titulado “los orígenes de la gran conjura”) en la que Simonini invitaba a Barrúel a incluir como foco de la conspiración a los judíos. Precisamente Eco parte de esta carta (escrita ficticiamente por el abuelo del protagonista de la novela) para escribir algo más que una novela, sino un ensayo de cómo se creó tal vez uno de los documentos más polémicos, influyentes e interesantes del siglo XX, cómo durante el siglo XIX se fue armando pieza por pieza una gran conjura fruto de una serie de mentiras y prejuicios raciales. Me refiero a la gestación del antisemitismo moderno y la creación de Los protocolos de los sabios de Sión. Más de uno los ha leído y oído hablar de ellos, en estos se narra una supuesta reunión en Basilea de un grupo de rabinos en el que cantan con toda claridad sus planes para dominar el mundo.
            Las dudas saltan a la vista, y la primera es que sería absurdo que los malos de declaren abiertamente malvados, pero como dice Eco en la novela (o Simonini), son tan malvados que no les importa decirse entre ellos lo malvados que son.
            En el relato de Eco la línea es clara, los Protocolos son una copia de los diálogos en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu de Maurice Joly, que a su vez copió a Los Hijos del pueblo de Eugenio Sue que a su vez copió las tesis de Barrúel, es decir, en todos los relatos existía un grupo de malvados que tienen un plan para gobernar el mundo que inició con la Revolución Francesa. Depende del autor es el origen de los conspiradores
            Frutos de una mentira colectiva, la que se nutrió de Freud, Leo Taxil, Pio IX, y vivió la Comuna de París, el caso Dreyfuss y la unificación italiana; nacida del bonapartismo (que según un personaje de la novela, es judío porque en Córcega hubo un asentamientos de población semita), la lucha contra los judíos está cargada de prejuicios y argumentos que no van más allá de defender la raza aria o que estos son satánicos (junto con la masonería y el comunismo obviamente).
            600 páginas de la creación de un error ideológico de proporciones trágicas en el siglo XX, de la gestación de la “solución final” (dicha por primera vez por un sacerdote excomulgado ruso), porque es necesario, porque uno debe desaparecer y es más difícil hacer desaparecer a los cristianos. Vaya lógica para una ideología aún “vigente” en algunas mentes obtusas!
            También es una metáfora de la sociedad políticamente correcta, de cómo guardar las apariencias para no ofender es una forma de tapar el problema sin comprender la raíz del error. El hombre que dice “de color” en lugar de “nigger” puede seguir siendo racista y discriminar a sus compañeros de trabajo, el buen caballero que no acusa al judío de usurero pero que prefiere no hacer negocios con ellos. En una sociedad de mentiras la única verdad solo puede ser una mentira bien elaborada. En fin, al final, solo digo que tienen que leer este texto. El resto es historia.

14 ene 2011

Los Arcos de Tonalá


Acompaño a mi sombra por la avenida
mis pasos se pierden entre tanta gente
busco los arcos, una una avenida
donde convivan el Coppel y el oxo.
De pronto me paro, alguien me observa
levanto la vista y me encuentro con ellos.
Ah! y ahí están, y ahí están
Ahí están, ahí están
viendo pasar el tiempo los arcos de tonalá

Una mañana fría llegó
Carlos Salinas con aire idigno
y se agitó el bigote muy lentamente
bajó de su palestra
con voz profunda le dijo a su votantes:
ahí están, los arcos de Tonalá.
Ahí están, ahí está
viendo pasar el tiempo los arcos de Tonalá.

panistas con pancartas, candidatos de otras tierras
dirigentes que llegan inventando alianzas
milicias que resisten bajo el "no al macrobús"
y el voto nulo, como viene se vá.
Y ahí están, ahí están, los arcos de tonalá.
Ahí están, ahí están
viendo pasar el tiempo los arcos de tonalá.

Todos los mercados se lanzan por los lados
exhibiendo a las gentes sus cuentas insolventes
manadas de desfaces, doscientos auditados
inician la gran cirisis, es el año 2008.
Y ahí están, ahí están, los arcos de Tonalá.
Ahí están, ahí están
viendo pasar el tiempo los arcos de Tonalá.

Un cuerpo encontrado, un guardia pendenciero
diez ejecutados anoche
cholos, moteros, vendedores de merca, comerciantes, narcos y ejecutados.
Y ahí están, ahí están, los arcos de Tonalá.
Ahí están, ahí están
viendo pasar el tiempo los arcos de Tonalá

Miro de frente y me pierdo en sus ojos
sus arcos me vigilan, su sombra me acompaña
no intento esconderme, nadie la engaña
toda la vida pasa por su mirada.
Mírala, mírala, mírala,
mírala, mírala, mírala
los arcos de Tonalá.
Mírala, mírala, mírala,
mírala, mírala, mírala
los arcos de Tonalá.

9 ene 2011

El Oscuro Pasajero: todos Mienten.

El periodismo es un ejercicio complicado, sobre todo para aquellos que lo viven de manera anárquica. Pero en fin, no me centraré a esto, sino a otra cosa relacionada no con quienes hacen periodismo, sino aquellos que lo consumen.
            Surgió de una nota que acerca de que el Papa dijo que el universo tenía orden, el Papa decía textualmente “aquellas "teorías (como el Big Bang) que llegan sólo hasta un cierto punto y que no están en competición, en absoluto, con la fe, pero que no consiguen explicar el sentido último de la realidad, limiten su mente". Y el titular de el universal decía “El Universo no es resultado de la casualidad: Papa” hasta ahí todo bien, pero luego en los comentarios de los usuarios el tono era atacar a la iglesia porque pedía que “limitáramos  nuestra mente” ¿qué pasó ahí? ¿En dónde estuvo el error? ¿En la información o en el informado? Una persona con un mínimo sentido crítico vería que lo que Benedicto XVI dijo era que encerrarnos únicamente en la teoría del Big Bang limitaba nuestra mente porque la veíamos como solución suprema a todo, más en ningún momento dijo que dejáramos de pensar o de creer en ella. Cuando intenté hacer esta aclaración a los “lectores” me convertí para ellos en un ultramontano intolerante que niega la evolución y cree en Dios. Esto me dejó pensando en que el error no está en los medios, sino en nuestra propia incapacidad de reconocer la naturaleza de la información sin desprendernos del emisor.
            Sé que vivimos una crisis de credibilidad en los medios, pero también vivimos una crisis de hipercredulidad en otros medios, así como que cuando la información que recibimos es importante es cuando más imbéciles nos comportamos.
            Partimos de un axioma “si sabemos que 1+1=2 todo está bien, pero si un medio nos dice 1+1=2 debe de estar mal porque es un medio comprado por las multinacionales el gobierno y la mar en coche, pero si en Twitter dicen 1+1=3 entonces está bien porque Twitter es el último bastión de la libertad”
            Dicen que la sociedad moderna vive en constante aceleración, que esta es la sociedad de la información y que blah blah blah ¿pero qué pasa cuando confluyen ambas? Es decir ¿qué sucede cuando vivimos en una sociedad de titulares sin detenernos a leer la información? ¿Qué sucede cuando somos tan estúpidos que leemos de corridita y emitimos un juicio de valor que sea ideológicamente afín a nuestro pensamiento? Estoy acostumbrado a ver cómo se juzga algo por lo que es y no por lo que hace (o dice), retomo el caso, si un cardenal dice que Napoleón fue emperador de los franceses y un ateo dice que fue emperador de Francia ¿cuál dice la verdad? Obviamente los “racionalistas” dirán que el Cardenal miente porque es católico y ellos solo nos llevan a la ignorancia, pero el ateo tiene razón porque lee libros y es bien culto; cuando la realidad es que Bonaparte se coronó emperador de los Franceses, no de Francia porque Francia es un país soberano que no volverá a tener monarcas, más los franceses sí. Una cuestión gramatical en este caso de valor incalculable, pero desvalorizarla una opinión correcta porque proviene de alguien que estamos acostumbrados a odiar es un error fundamental en el que caen los supuestos ateos (esa manga de ignorantes que viven de burlarse de la fe de otros cuando no entienden que el verdadero ateísmo es vivir sin Dios, no buscar que otros vivan si Él). De la misma forma, cuando un medio como el Informador, El Universal o, en su caso, hasta la misma presidencia de la República nos ofrece información de la que no contamos con elementos para dudar de ella, dudamos de ella por en sí solo por ser eso. De otra forma, cuando la gente considera que una noticia es cierta, únicamente nos limitamos a leer el titular sin conocer la información, opinamos sobre ella y nos dormimos pensando que somos tan inteligentes que no necesitamos confirmar.
            Diario escucho como la gente  se queja de los medios, pero es la misma gente que reacciona a la información con una degradación neuronal tan rampante que lo mismo no decirle nada. Por ejemplo:
Nota de Milenio: “FBI descarta que existan amenazas a otros congresistas”
Comentario más inteligente: QUE INVENTARAN PARA QUE NO ENTRE EN PANICO LA GENTE!!
AHH!!! ya se van adelatar el super bol,,,deseguro..

Nota de El Universal: “25 mil violaron alcoholímetro en 2010”
Comentario más inteligente: pobre alcoholimetro si se pasaron los violadores jajajaja tantita bitasilina jaja

Nota de El Informador:  ¿Qué productos consideran que han aumentado su precio al inicio del año?
Comentario más inteligente: QUE PREGUNTA, CLARO QUE TODO SUBE, EMPEZANDO POR LA GASOLINA HASTA LOS SUELDOS DE LOS INEPTOS GOBERNANTES


Nadie comenta, nadie abre debate; dicen que muchas veces callar es más inteligente que hablar por hablar. El primer comentario repite la lógica de “todos mienten y nos dan pan y circo para mantenernos controlados” el segundo en el tono de “mejor digo algo estúpido en lugar de limitarme a leer” la tercera es la clásica de “todos los gobernantes son corruptos” más nadie invita al debate, a cuestionar, nadie lee la información. Eso sí, con una ortografía del culo.
            Twitter tiene éxito por eso mismo, porque nos impide pensar, nos permite confiar ciegamente en 140 letras y con eso tenemos sentencias eternas, esa red de microblogging lo que permite es la difamación, la mentira  y la confidencialidad de la falsedad (busquen cuantas notas de famosos “muertos” circularon en 2010), twitter solo permite el rumor, y eso le gusta a la gente ¿para qué leer un artículo con fuentes si puede especular en pocas letras sin fundamento alguno pero con más morbo? Al final, no es que seamos más libres e informados, sino que nos hemos vuelto más ignorantes y complacientes con las cosas fáciles. Orwell estaría aterrado ante esto…
            El resto es historia.

5 ene 2011

je

bueno, empecemos el año con algo de humor