9 ene 2011

El Oscuro Pasajero: todos Mienten.

El periodismo es un ejercicio complicado, sobre todo para aquellos que lo viven de manera anárquica. Pero en fin, no me centraré a esto, sino a otra cosa relacionada no con quienes hacen periodismo, sino aquellos que lo consumen.
            Surgió de una nota que acerca de que el Papa dijo que el universo tenía orden, el Papa decía textualmente “aquellas "teorías (como el Big Bang) que llegan sólo hasta un cierto punto y que no están en competición, en absoluto, con la fe, pero que no consiguen explicar el sentido último de la realidad, limiten su mente". Y el titular de el universal decía “El Universo no es resultado de la casualidad: Papa” hasta ahí todo bien, pero luego en los comentarios de los usuarios el tono era atacar a la iglesia porque pedía que “limitáramos  nuestra mente” ¿qué pasó ahí? ¿En dónde estuvo el error? ¿En la información o en el informado? Una persona con un mínimo sentido crítico vería que lo que Benedicto XVI dijo era que encerrarnos únicamente en la teoría del Big Bang limitaba nuestra mente porque la veíamos como solución suprema a todo, más en ningún momento dijo que dejáramos de pensar o de creer en ella. Cuando intenté hacer esta aclaración a los “lectores” me convertí para ellos en un ultramontano intolerante que niega la evolución y cree en Dios. Esto me dejó pensando en que el error no está en los medios, sino en nuestra propia incapacidad de reconocer la naturaleza de la información sin desprendernos del emisor.
            Sé que vivimos una crisis de credibilidad en los medios, pero también vivimos una crisis de hipercredulidad en otros medios, así como que cuando la información que recibimos es importante es cuando más imbéciles nos comportamos.
            Partimos de un axioma “si sabemos que 1+1=2 todo está bien, pero si un medio nos dice 1+1=2 debe de estar mal porque es un medio comprado por las multinacionales el gobierno y la mar en coche, pero si en Twitter dicen 1+1=3 entonces está bien porque Twitter es el último bastión de la libertad”
            Dicen que la sociedad moderna vive en constante aceleración, que esta es la sociedad de la información y que blah blah blah ¿pero qué pasa cuando confluyen ambas? Es decir ¿qué sucede cuando vivimos en una sociedad de titulares sin detenernos a leer la información? ¿Qué sucede cuando somos tan estúpidos que leemos de corridita y emitimos un juicio de valor que sea ideológicamente afín a nuestro pensamiento? Estoy acostumbrado a ver cómo se juzga algo por lo que es y no por lo que hace (o dice), retomo el caso, si un cardenal dice que Napoleón fue emperador de los franceses y un ateo dice que fue emperador de Francia ¿cuál dice la verdad? Obviamente los “racionalistas” dirán que el Cardenal miente porque es católico y ellos solo nos llevan a la ignorancia, pero el ateo tiene razón porque lee libros y es bien culto; cuando la realidad es que Bonaparte se coronó emperador de los Franceses, no de Francia porque Francia es un país soberano que no volverá a tener monarcas, más los franceses sí. Una cuestión gramatical en este caso de valor incalculable, pero desvalorizarla una opinión correcta porque proviene de alguien que estamos acostumbrados a odiar es un error fundamental en el que caen los supuestos ateos (esa manga de ignorantes que viven de burlarse de la fe de otros cuando no entienden que el verdadero ateísmo es vivir sin Dios, no buscar que otros vivan si Él). De la misma forma, cuando un medio como el Informador, El Universal o, en su caso, hasta la misma presidencia de la República nos ofrece información de la que no contamos con elementos para dudar de ella, dudamos de ella por en sí solo por ser eso. De otra forma, cuando la gente considera que una noticia es cierta, únicamente nos limitamos a leer el titular sin conocer la información, opinamos sobre ella y nos dormimos pensando que somos tan inteligentes que no necesitamos confirmar.
            Diario escucho como la gente  se queja de los medios, pero es la misma gente que reacciona a la información con una degradación neuronal tan rampante que lo mismo no decirle nada. Por ejemplo:
Nota de Milenio: “FBI descarta que existan amenazas a otros congresistas”
Comentario más inteligente: QUE INVENTARAN PARA QUE NO ENTRE EN PANICO LA GENTE!!
AHH!!! ya se van adelatar el super bol,,,deseguro..

Nota de El Universal: “25 mil violaron alcoholímetro en 2010”
Comentario más inteligente: pobre alcoholimetro si se pasaron los violadores jajajaja tantita bitasilina jaja

Nota de El Informador:  ¿Qué productos consideran que han aumentado su precio al inicio del año?
Comentario más inteligente: QUE PREGUNTA, CLARO QUE TODO SUBE, EMPEZANDO POR LA GASOLINA HASTA LOS SUELDOS DE LOS INEPTOS GOBERNANTES


Nadie comenta, nadie abre debate; dicen que muchas veces callar es más inteligente que hablar por hablar. El primer comentario repite la lógica de “todos mienten y nos dan pan y circo para mantenernos controlados” el segundo en el tono de “mejor digo algo estúpido en lugar de limitarme a leer” la tercera es la clásica de “todos los gobernantes son corruptos” más nadie invita al debate, a cuestionar, nadie lee la información. Eso sí, con una ortografía del culo.
            Twitter tiene éxito por eso mismo, porque nos impide pensar, nos permite confiar ciegamente en 140 letras y con eso tenemos sentencias eternas, esa red de microblogging lo que permite es la difamación, la mentira  y la confidencialidad de la falsedad (busquen cuantas notas de famosos “muertos” circularon en 2010), twitter solo permite el rumor, y eso le gusta a la gente ¿para qué leer un artículo con fuentes si puede especular en pocas letras sin fundamento alguno pero con más morbo? Al final, no es que seamos más libres e informados, sino que nos hemos vuelto más ignorantes y complacientes con las cosas fáciles. Orwell estaría aterrado ante esto…
            El resto es historia.

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