28 dic 2010

El Oscuro Pasajero: Breve resumen 2010


¿Qué pasó este año?  Nada relevante la verdad, y me refiero a nada relevante porque comparado con las cosas que nos tocó vivir en el 2009 podemos decir que llevamos saldo ganador ¿no? Ok, está bien, el narco es cada vez peor, pero el año pasado también era cada vez peor, así que en 2010 solo miramos una evolución gradual, no un recrudecimiento de la violencia. Pero más allá de lo que es el territorio nacional, 2010 fue el año más “ta” que se puede encontrar, porque en sí no pasó nada importante y lo que pasó que pensamos que era importante comparado con otros años es una reverenda estupidez. 2010 será recordado por 33 tarados que se quedaron dentro de una mina (y que gracias a la “comunidad internacional” vivían mejor allá abajo que todo nosotros acá arriba), un pulpo, lady gaga, megalómanos por todos lados y pues ta, más de Obama.
            Ah, cierto,  un derrame de petróleo en el Golfo de México, pero parece que ya pasó de moda ¿cierto?
            Fue un año de contrastes, eso sí, no hay nada más gratificante que vivir casi al límite de la desesperación financiera y luego seguir en ese límite, como si alguna fuerza karmica se encargara de liberarte o darte un respiro cuando estás a punto de hundirte; tampoco es algo bueno, es como al tipo que golpean hasta casi morir y luego curan sus heridas para poder seguirlo golpeando hasta casi morir. Es más que nada una tortura cósmica.
            ¿Recuerdan enero de 2010? Esa semana en la que hizo un frio del culo y no dejaba de llover. Espero que regrese.
            En la televisión hubo productos de consumo realmente pelotudos; nada resultó atrayente. Pensemos en una sociedad cuyo clímax en pantalla fue saber por qué un montón de personas estaban atrapadas en una isla. Diría de las series que continúan, pero como es un formato de temporada por año, pues significaría que el año siguiente tendría que decir el mismo comentario.  Sin embargo, la mención honorifica fue que fue en este año en el que conocí Dexter gracias a cierta persona que desencadenó ciertos acontecimientos que no diré aquí porque sencillamente a nadie le importa.
            Los mineros de Chile… ta,  no sé qué decir que no haya dicho antes.  Las glorias del espíritu humano se le debe a un buen diseño arquitectónico que creó el refugio, no es que se hayan quedado en los Andes a sobrevivir con lo que tuvieran, sino que estaban en un lugar diseñado para sobrevivir en lo que los rescatan. Pero el mundo los miró, los mineros aparecieron como neo rockstar en que la vida de cada uno se cotizaba en cientos de miles de dólares en futura publicidad o en la venta de los derechos de la historia.
            También tenemos información amable (sí sí, como dice la ahora doctora Diane Pérez)…
            Ok, no existe la información amable.
            Tal vez la gente recordará al 2010 como el año de Wikileaks, pero ta, se acaba de revelar otro cable que dice que Galván desconfía de la policía mexicana jaja ¿acaso ese no fue el motivo por el que hace 4 años se metió al ejército en todo esto del narco? Assange ahora anda viviendo la vida del rockstar, pero la vivirá hasta poder darse cuenta que es un elemento tan útil como Ingrid Betancourt que, por cierto, me lleva a pensar que en el país tal vez el momento más relevante fue el secuestro del Jefe Diego, mira que robárselo siete meses requiere un buen par de cojones.
            Cojones los que tuvo Grecia al entregar números alterados a la UE y la fiestita que se armó llevandose casi a la mierda todo el continente. De este lado del atlántico no pasó mucho más que tendremos que acostumbrarnos a no oír cuatro nombres que ya asociábamos a Latinoamérica: Michelle Bachelet, Lula, Néstor y Uribe (sí, Chávez hay para rato), a Bachelet la suple Piñera, a Lula Dilma a Uribe Santos y a Néstor pues… él está con Perón y el pueblo con Cristina.
            Claramente el 2010 será recordado por el Waka waka y las vuvuzelas, un pulpo profeta y una paraguaya que todos amamos por ese par de tetas que se cargaba (el que dude solo escriba “Larisa Riquelme” en google), ok, se murió Saramago, pero francamente Saramago nunca fue de mi total agrado (el anticlericalismo y ateísmo radical como lo he dicho, me molesta tanto como el conservadurismo extremo), pareciere que Saramago se paraba y decía “¿hoy como ataquaré a Dios? Total, me comprarán cualquier tontería porque soy un nobel y  políticamente correcto”, ah, lo políticamente correcto, el fascismo del siglo XXI, un discurso dominante que se presenta como no dominante condenando a todo aquel que se mueva fuera de sus parámetros impuestos.  Otro que me caga es Vargas Llosa, pero ta, de él he dicho suficiente, prefiero el premio a Forlán.
            Cosa aparte el derrame petrolero del Golfo que como todo lo que en verdad le importa a la humanidad solo dura un mes en los medios para luego pasar a otra cosa que en verdad le importa a la humanidad y así tendremos doce cosas que en realidad le importan a la humanidad (en serio, miren la tele, Assange y wikileaks ya no ocupan titular alguno, de todas formas lo veía venir, todos ya conocen mi postura hacia todo lo llamado “wiki”)
            Para mí la peli del año fue The Social Network y Toy Story 3, en música ni puta idea y en literatura me importa un carajo, igual nunca leo el libro de moda hasta que deja de ser la sensación (así la lectura es más fría y objetiva supongo)
            Cerramos en el país el año más violento desde la Revolución Mexicana, eso quiere decir que los carrancistas andan haciendo de las suyas, lamentablemente en materia de seguridad  y recuperación económica el 2011 no tiene las mejores perspectivas ¿pero eso a quién le importa? Es 2010 y que se vaya todo a la mierda, ya el sábado nos preocuparemos por lo que nos depara el destino. El resto es historia.

23 dic 2010

El Oscuro Pasajero: y que condena a Videla...


Una duda muchos llegamos a tener ¿los derechos humanos aplican para todos?
No es una duda al aire, porque remueve una parte de nuestra naturaleza que tal vez no estemos dispuestos a admitir de manera pública pero en la esfera privada nuestros pensamientos vuelan en el camino de lo políticamente incorrecto.
            El 24 de marzo de 1976 es puesta en custodia Isabel Perón por las fuerzas militares con el argumento más veces citado que entendido de la doctrina de la seguridad nacional, alegando una inminente conversión al comunismo soviético con ayuda de Cuba, Jorge Rafael Videla hizo lo que convirtió América Latina en un estereotipo de la Guerra Fría.
            Los organismos de derechos humanos cifran el número de desaparecidos en 30,000.
            Pensemos en eso.
            30,000 voces
            30,000 risas
            30,000 llantos
            30,000
            30,000
            30,000
            Treinta mil desaparecidos por  orden (directa o indirecta) de un individuo que creyó que hacía lo mejor para su país.
            ¿Hacía lo mejor? ¿En verdad creía en una inminente invasión comunista?
            Tal vez sí, no me importa. Eso no es lo que me causa la duda.
            La duda radica en ¿merece la prisión?
            Porque desde mi punto de vista la sociedad está en un límite de lo políticamente correcto que me parece difícil considerar en respetar los derechos humanos de personas que carecen de humanidad. Si a Hitler lo hubiera capturado nadie habría pedido un juicio que no culminara con su muerte.  Ojo por ojo, ley del talión, las cosas que haces son las cosas que te harán ¿no es la lógica del sermón de la montaña? Ámense los unos a los otros como yo los amé, juzguen a los demás como yo los juzgo.
            ¿No dijo el nazareno que el que por la espada muere por la espada morirá?
             Francamente considero que la pena perpetua para Videla es muy poco para lo que hizo. La tortura debería compensarse con tortura. El mundo delira hoy con la condena de Videla ¿por qué no deliraron con la misma condena en el mundial del 78?
            Hace unos meses  Scarlett me mostró un comercial  animado, alegre y en caricaturas donde se “explicaba” el razonamiento de los milicos, un pensamiento tan lineal como chavista, porque eso es, nadie entiende cuando trato de explicar que la intolerancia no radica en la religión o en la ideología, sino en el individuo; gente tan ignorante y estúpida autoproclamada “atea” que trata de imponer la no existencia de Dios y ridiculiza a los creyentes,  “intelectuales” de izquierda que se ríen de la derecha pero se la viven de un retórica decimonónica de “el pueblo salva al pueblo” sin siquiera explicar en qué consiste tal salvación, pero viven descalificando al gobierno sin un ápice de autocrítica. Asimismo como cristianos católicos nobles que te dan la mano cuando los necesitas e intelectuales de derecha que saben argumentar con razonamientos empíricos. ¿Qué dice eso? Que tampoco debemos de saludar con sombrero ajeno, algunos  de los que están en nuestra trinchera son peores que el enemigo.  Un AMLO que no transige (pecado imperdonable en la política porque está negando a la otra mitad del “pueblo”) es lo mismo que un Calderón que alaba los “logros” de una guerra que pierde en todos los frentes.
            Yo con Videla reaccionaría con su misma intolerancia. Lo torturaría hasta casi matarlo, lo curaría, y cuando estuviera sano, lo volvería a torturar, así veinte mil veces (soy generoso y “humanitario” al restarle diez mil torturas que marcharán con Catón a consagrar la sangre de los caídos en el altar de la patria) ¿soy un salvaje?  ¿Han visto Dexter? Esa es la lógica que me rige, el que mata que muera,  castrar al violador, desfalcar al asaltante, dejar vivir al inocente, pero nadie es inocente.
            Yo a Videla  no lo condeno al infierno porque allí reinaría como César. Al cielo tampoco porque allá recibiría un premio. Yo lo perdono, lo condeno a vivir, lo mandaría mínimamente a Cuba, que viva en el paraíso socialista, que los subversivos marxistas le den salud gratis, que sean los comunistas los que le den la gracia para luego hacerlo desaparecer con los peores tormentos para que AI proteste (que tampoco habló demasiado en tiempos de Videla porque la fundación Ford patrocinaba a este organismo); me gusta la justicia,  yo dejaría al Cártel de Sinaloa matar al asesino de Marisela Escobedo, admira a la señora de Wallace porque lo que la movía no era la justicia, sino la venganza. Porque de ahí radica la ley, del deseo de agraviar al enemigo cuando el enemigo en verdad te agravió. No creo en los derechos humanos para el violador, el infanticida, el dictador. Violaste los derechos humanos, pues ahora careces de ellos, ahora eres peor que todo (no digo animal, porque adoro a los animales y jamás compararía a Renton, Dexter y Perón con un hijo de puta [Perón es mi perro, para que no confundan]). Yo a Videla lo condenaría a prisión perpetua en Corea del Norte con aló presidente todo el día. Pero no, solo será prisión común y corriente para un bastardo que hundió un país, supongo que tenemos que celebrar eso…
La justica se ejerce, no se aplica con leyes…

15 dic 2010

El Oscuro Pasajero: yo quiero ser Roberto Carlos...


Amistad, en eso se resume todo.  La revista TIME ha consagrado la amistad…
Ok, no es tan así…
¿Qué es Facebook?
Acabo de mirar The social network, francamente me acerqué con más escepticismo  que otra cosa; desde que había visto el tráiler sentí como un “esto está de más”, pero luego de las criticas (y ta, es Fincher) la vi.
            Lo que vi no es la historia de una página de internet, es más bien como si Sófocles hubiera escrito La venganza de los nerds.  Una tragedia de un alienado que solamente quiso tener amigos, no supo mantener a los que ya tenía, y se convirtió en un solitario Rey Midas.
            Tal vez es la historia de un visionario incomprendido, que prefiere estar solo antes de tener una existencia rodeado de aquellos que limitan su genio; tal vez es la historia de un joven sociópata que se siente mejor que todos y termina peor que los demás; tal vez es la historia de un joven inseguro que aprendió todo en la escuela pero nada en la vida, quien no aprendió a sonreír cuando se debe sonreír  y una vez que el mundo le sonrió no supo qué hacer más que aislarse en sí mismo. Tal vez solo sea una película de propaganda norteamericana que nos demuestra que todavía es la tierra de la gran promesa y los jóvenes tienen oportunidad de triunfar. Tal vez solo sea una película…
            La Red Social es una paradoja, parece tan sencillo, solo era hacer los seis grados de separación un producto de consumo; muchos que la verán dirán “¿por qué no a mí se me ocurrió?” pues porque no.  Todos llegamos a Facebook no por teclear en internet, sino porque nos dijeron, porque nos vimos segregados de una logia masónica que crea conexiones, relaciones, esferas de influencia, grupos de poder y poseedores de la verdad. Usábamos el MSN pero nos limitábamos a hablar en el momento que nos viéramos ¿cómo saber qué hacían mientras no nos vemos? Necesitamos la invasión a la privacidad, necesitamos cerrar todos los frentes, saber qué hacen nuestros amigos, nuestros enemigos, aquellos que tal vez necesitemos y a quienes nos necesitan, las personas que queremos, con las que queremos y algún día querremos,  ver qué piensas, si tienen pareja o donde viven, si tienen gustos comunes, si son parejas posibles, queremos todo eso y Facebook nos lo entregó.
            Algunos dirán que Facebook representa el ideal primigenio de la internet, la comunidad global, todos interconectados por diversos parámetros. Un lugar donde la democracia fuese efectiva. Otros dirán que es una intromisión a la privacidad de sus usuarios ¿alguien leyó las letras pequeñas, el acuerdo de uso cuando abres la cuenta? Cuando entregas tu información privada de manera voluntaria sin leer las condiciones no te quejes.
            Tal vez llegue el día en que cuando vayamos a votar en lugar de pedir nuestra credencial nos pregunten nuestro perfil para poner una etiqueta que diga que ya votaste, que ya formaste parte de la sociedad del siglo XXI ¿Acaso la Multivac de Asimov no se basaba en los mismos principios de esta red social? Una gran maquina a la que le entregábamos determinada información personal para que por medio de algoritmos determinara nuestras futuras relaciones y capacidades. Está en la ciencia ficción, así que no me vengan con el cuento de la idea original ¿ta!?
            Pero en fin, todo parece indicar que Facebook llegó para quedarse, que Zuckerberg está más grande que Hitler en Hannuka, que nunca será Roberto Carlos y que en cinco años nadie recordará el Twitter. El resto es historia.

solo vean el video jajajajaja a lo que llega la gente con cabeza loca

 

El Oscuro Pasajero: Se acabó...



Bien, después de haberlo digerido un rato voy a hablar del final de temporada de Dexter. Un final que nos dejó con diversos sabores, aunque el más amargo será saber que no volveremos a ver un episodio nuevo hasta tal vez septiembre del 2011, hubo otros agridulces.
            ¿Qué se jugó en esta quinta temporada?  La primera fue una especie de presentación, más una novela policiaca que Thriller, la historia de un asesino que de repente encuentra un fan. Después, a partir de la segunda temporada la historia da un giro completamente diferente; ya no se trata solo de matar y buscar al asesino en turno, sino de un proceso de humanización; un juego de gato y ratón donde el cazador ahora es la presa; por primera vez (entendamos que si bien es apenas la segunda temporada,  técnicamente lleva más tiempo en el oficio) se siente acorralado. En Dexter lo que opera es la suerte, como si el karma en un gesto de agradecimiento lo liberara de cada situación. Pero la herida está hecha,  se sabe adicto, no puede parar de matar y en lugar de asistir a recuperación, sigue con su doble vida. En la tercera parte lo vemos con el primer gesto de conexión, aunque la relación con Rita se mantiene, hay algo de frio, en ella no ve una compañera, sino una aspiración de una vida normal, humana. Miguel Prado suple esa soledad con una aparente amistad que terminará con una tragedia. Hasta aquí los finales de temporada se habían mantenido en una lógica. La historia terminaba, se ataban cabos, se alumbraba por fin felicidad, eran finales cargados de optimismo. Mostraban a un Dexter humano, formando una familia y dedicándose a tener una vida. La falsa ilusión de que ambos mundos (el de la humanidad y el del asesino) eran capaces de convivir.
            La cuarta temporada fue sin duda la más dramática, un thriller psicológico donde su enemigo era ahora un espejo, una confirmación de que es imposible conciliar ambos estilos de vida. Arthur Mitchell se muestra como el posible futuro de Dexter, hombre de familia que mantiene una doble vida por más de 30 años como asesino. Dexter se entrega al juego, quiere conocerlo, saber de él y moverse en su mundo. Solo para descubrir la falsedad de las promesas a la vez que su mundo se colapsa, su vida familiar, el nacimiento de su hijo, la suspicacia de su hermana, todo choca y lo arrastra a los límites del control hasta estallar. El final de la cuarta temporada es un aviso, la confirmación de una tragedia, lo que sucede si juegas demasiado al “hombre de familia”. Por eso la cuarta temporada termina de esa forma.  Sin resolución, sin optimismo, con una implosión de la vida, ahora destrozada. Rita muere en manos de Trinity, es su culpa, mezcló ambos mundos y uno consumió al otro.
            En este punto inicia la quinta temporada. El tema es la culpa. Su esposa ha muerto por su culpa  y ya nada le queda en la vida. No amaba a Rita, pero sentía algo por ella; le gustaba, era su mundo, su vida, no es necesario amar a alguien para considerarla lo mejor que te ha pasado y desear vivir con ella. Eso se fue. Lumen aparece de manera circunstancial, una víctima como él.
            La quinta temporada termina con un tono trágico, por fin aprende lo que es amar, pero ese amor no es compartido, porque existía en base a la culpa (Dexter) y a la venganza (Lumen), tenía que terminar una vez que ambos satisficieran sus necesidades. Lumen decide irse no porque no quiera estar con Dexter, sino porque quiere estar peor no puede, porque ya no es la misma, está liberada y ha perdido la necesidad que los unió. La persecución de Jordan Chase culmina con un cardiaco encuentro con Debra, quien lentamente libera su lado oscuro, su interpretación del código de Harry sin haberlo escuchado jamás “algunos no merecen vivir”.
            Se dieron otras dos historias, una se malogró con una insípida y acartonada policía latina que cayó mal solo de llegar; rápidamente olvidada como personaje a la mitad de la serie el asunto de Santa Muerte queda descartado para centrarse en las otras dos historias, una es la de Lumen, la segunda, Quinn.
            Quinn tiene su historia, desde el inicio se avecinaba como un rival digno; su instintito policial le hace sospechar ¿por qué nadie pone en duda las extrañas circunstancias que envuelven la muerte de Rita? ¿Solo porque es Dexter nadie sospecha? Al momento que inicia un romance con Debra contrata a un policía corrupto, Liddy, para investigar al chico de la sangre. En medida que Liddy descubre los secretos de Dex, Quinn se enamora de Debra y deja se sentir interés en investigar a Dexter. El final en este caso me parece algo apresurado. Eran demasiadas las pruebas contra Quinn como para limitarlo a un análisis de sangre. Pero lo que es claro es que él sabe que Dexter mató a Liddy, pero prefiere guardárselo.
            Ese es el fin  de la quinta temporada: el secreto compartido. Todos son culpables, todos comparten secretos peligrosos, todos están mentalmente dañados. Quinn calla por amor, Debra calla por empatía, Dexter conoce sus secretos y ve culpa en todos ellos, cargas que tendrán que llevar solos, como él.  Así termina, con una comprensión, pierde a Lumen, pero sabe que no está solo porque no es el único con una carga. La escena final es  concreta, mira su anillo, logra salvar a Lumen y por fin borra su culpa, ahora puede seguir adelante. La vida continúa, y continúa para su hijo, el único inocente.
Y con esta frase termina la quinta temporada, será lo último que veamos en por lo menos un año.

“Lumen dijo que le había devuelto la vida, una inversión de mi papel habitual. Bueno, el hecho es que ella también me devolvió la mía. Y me quedo, no solo con lo que se llevó de mí, sino con lo que me aportó. Ojos que me vieron por fin, por quien soy en realidad. Y esta certeza. Que no hay nada grabado en piedra. Ni siquiera la oscuridad. Mientras estuvo aquí, me hizo pensar, por un breve instante, que quizá pudiese tener una oportunidad… de ser humano. Pero los deseos, por supuesto, son para los niños.”

 en pocas palabras, un final digno de una historia digna. el resto es historia.