19 abr 2009

El Manifiesto Desastre: Magnicidio a la boliviana

El escenario es el más digno para el clímax de una película, cinco personas en un hotel están planeando un magnicidio, el crimen político por excelencia: la muerte de un presidente ¿el lugar? Un país latinoamericano en el medio de la nada ¿el nombre de la victima? Evo Morales.

Los cinco conspiradores son atrincherados y comienza una balacera en la que mueren tres personas y otras dos son capturadas con vida.

Parece que la noticia pasó desapercibida en los medios internacionales deslumbrados por Obama en la Cumbre de las Américas que resultó ser más de lo mismo (bien de cambiar para seguir igual), por ejemplo, ahora se permiten los viajes a Cuba, esto es, los exiliados ya pueden ir a hacer propaganda anti castristas (que bueno que está Raul, así se puede seguir diciendo castrista).

Pues bien, como americanista, esta noticia me interesó por lo que habría resultado del magnicidio (recuerden que pese a todo, es el siglo XXI), Morales recién acababa de tener una huelga de hambre para la aprobación de la nueva ley electoral que daba mayor representación a las comunidades indígenas; sale para la cumbre del ALBA y desde allá anuncia que se ha detenido un magnicidio. Tres de los mercenarios mueren y dos son capturados con vida.

¿qué es lo novelesco de todo esto? Entre los muertos, está una persona, un Camarada llamado Eduardo Rozsa, hijo de un ferviente comunista Húngaro y de una Ferviente católica Boliviana. Rozsa vivió la infancia en Chile y tuvo que salir de ahí cuando el golpe de Pinochet. En el blog de Rozas (http://eduardorozsaflores.blogspot.com) se da narración de su entrada a la escuela militar en Hungría con la intención de regresar a América Latina para culminar la obra del Ché Guevara, en la que se demarca su interés no por el ideal comunista, sino por el sentimiento de individualismo que generó en él (“Yo crecí, con la imagen grabada en mi cerebro de un Che abandonado a su suerte, por un lado, y la de los caciques del partido por el otro,” dice).

Rozsa es u escritor que decepcionó del “socialismo Real” que vio en la URSS, cuando esta triunfó, pero descubre que no triunfaron sus principios, así se va formando en el le desprecio del comunismo y un alejamiento total con las ideas de su padre.

Trabajó como periodista de diversos medios en los que presenció del derrumbamiento de la URSS y el colapso de Europa del Este; en estos tiempos se hizo miembro del Opus Dei. En 1991 llega a Croacia como reportero, pero estando ahí, cambia la cámara por el fusil y se une a las brigadas internacionales (a las que llega a dirigir) después, en 1995, en Sarajevo, se convierte al Islam al ver que pese a un bombardeo, los musulmanes siguen rezando (“Sentí una gran satisfacción y alegría de estar allí, y hasta un poco de orgullo. Afuera la cañoneada serbia despedazaba a esa ciudad mártir y heroica” dice)

Este es un personaje raro, de esas creaciones de la derecha que luchan por la independencia y ya, sin saber a qué se encamina tal independencia. Así, participaba activamente en el movimiento autonomista de la Provincia de Santa Cruz y amigo personal de Ilch “el Chacal” Ramírez. Tiene su “versión” del 11-S (como todos lo que ven en EEUU una Gran Conspiración) y, dato curioso, en 2001 protagonizó una película basada en su vida de la directora húngara Ibólya Fekete en la que narra su vida

Ahora ¿Cómo es que un personaje como es muerto el jueves pasado en un hotel boliviano en el que guarda un arsenal digno de James Bond y se revela que estaba planeando un magnicidio en el que Presidente y Vicepresidente bolivianos iban a ser las victimas?

Eso aun no se sabe, ¿quién le pagó? ¿Quién le llamó? ¿Por qué ingresó al país con otro nombre? Su nombre es el más sonado porque de las 5 personas involucradas, éste no es un fantasma del que se puede saber quién fue y qué quiere.

La América Latina pese a ser un continente en transformación, sigue igual, las practicas políticas siguen siendo las mismas, el miedo a perder los privilegios que tiene la provincia de Santa Cruz (que se niegan a compartir su riqueza con toda Bolivia) lo orillan a intentar cortar por la mala el asunto y matar al presidente. La derecha se deslinda y dice que todo es un montaje de Morales para ganar adeptos, la izquierda responde con nombres y fotografías (el caso de Rozsa es el más obvio). A veces puede que no estemos del todo de acuerdo con ciertas medidas de ciertos gobernantes (un ejemplo es que pese a no simpatizar con Chávez, todos condenamos [Menos EEUU, que rápidamente reconoció al “nuevo gobierno”] el intento de golpe de estado del 11 de abril de 2002), pero intentar matar a un presidente daña más a la oposición, la que se convierte en el culpable más claro mientras que el ahora occiso pasa a ser un mártir. Se mata a la persona, no a la idea; el hecho de matar a Evo Morales no habría sido suficiente para que Santa Cruz se declare estado independiente.

Termino la participación de esta semana con dos video acerca de Eduardo Rozsa, el primero, es de la televisión Estatal en la que se narra primero, una declaración “desafortunada” de un senador para luego hablar de Rozsa en la que se mencionan sus actividades alrededor del mundo.

El segundo video contrasta demasiado con el primero, corresponde a la televisión opositora que, en su versión de los hechos, presentan a Rozsa como hijo de un “artista” reconocido, y pintan caballero como un hombre que recorre el mundo en misiones humanitarias. Este video, al ser comparado con todo lo que se he mencionado, demuestra más que nada, la desinformación ahora no del Estado, sino de aquellos que se oponen a él, desinformación descarada de los medios de comunicación para presentar un plan magnicida como una maquetación de Morales.

Quédense con la versión que se acomode a sus afinidades ideológicas, de antemano, yo le creo al primer video.




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