9 may 2010

23-24: la llamada del deber


Hoy la gente ya no aprender narrativa en los libros,
 Pero tampoco en el cine, sino en los videojuegos
Irvine Welsh, Porno

Por fin, comienza termina el día, es cómodo a veces estar con los amigos sin necesidad de discutir asuntos importantes, solo una velada destinada a ahogar la cabeza en placeres efímeros.
--¡Mierda!
            A mi lado está Julián, algo frustrado ante la destrucción que le estoy ocasionando.
            --No entiendo, siempre me sale de dónde no lo espero—sigue diciendo sin dejar de mirar la pantalla.
            Viernes a las 7 pm, estamos en la sala de mi casa jugando Call of duty 4 tomando unas cervezas, bien, puede que no sea el arquetipo de vida social, pero pienso que estar con amigos ya se considera vida social, sin importar dónde ni cuándo.
            --ni pedo compa—digo en tono triunfante—cuando eres malo eres malo
            --nel, es el control, no responde.
            Siempre es el control.
            --siempre es el control.
            --claro, el que va ganando siempre le quita valor a las quejas del caído en desgracia.
            --así es, si tú fueras ganando la neta diría lo mismo.
            Me levanto y voy al refrigerador por dos cervezas, antes aprovecho para ir al baño y cuando regreso veo que Julián está forjando un porro.
            --Te habías tardado—le digo.
            --estaba esperando a que tú lo hicieras—dice sin dejar de mirar su trabajo—nomás me enfadé de esperar.
            --eso pasa seguido, deberíamos de hacer una especia de regla, después de cierta cantidad de tiempo, es obligatorio que alguien forje un porro.
            --amen—contesta observando el porro recién terminado.—siempre cargo con la pipa, pero de vez en cuando es necesario que un porro nos dé algo de nostalgia, pobre del chico que su primer experiencia no fue con un porro.
            --amén.
            Volvemos a poner el juego, algunos dirían que ya estamos grandecitos para este tipo de cosas, pero no es así, una vez escuché un debate sociológico que va para lo mismo, decían que los sociólogos veían a la historia como si fueran tiempo de Ranke y los historiadores a la sociología como si fueran tiempos de Comte. Ninguna se ponía de acuerdo con la otra porque se negaban a aceptar los avances de la su contrincante. Con los juegos de video se aplica la misma lógica, los críticos de la industria se afanan en pensar que estas son cosas para niños y que uno desperdicia su tiempo, los tiempos de pacman, Arkanoid y Pong están muy lejos, hoy día no existe diferencia entre lo que uno ve en un juego y lo que se puede leer en una novela o ver en una peli, basta jugar joyas como el Shadows of destiny, la saga de los Total War, los juegos de Tom Clancy, Heavy Rain o el mismo Call of duty que estamos jugando.
            Sería cosa de que la banda entendiera que es una experiencia más allá de lo lúdico, es la experiencia de vivir una historia, Douglas Coupland lo entendió perfectamente y no es gratuito que él haya inventado el concepto de la generación X y su última novela se desarrolle dentro de una empresa que programa videojuegos, los geeks de hoy serán los líderes del mañana.
            --¿sabes cuándo salga el nuevo Call of duty?
            --según revisé en internet, no tengo idea, pero será en Vietnam y se llamará algo así como de operaciones encubiertas.
            --no creo que me guste,  no creo que me guste nada relacionado con Vietnam.
            Tiene razón, como todos nosotros, Julián es hombre de prejuicios, y uno de ellos es “nada que salga de Vietnam es bueno” consideraba que Vietnam es un error de la guerra Fría y por lo tanto, algo condenado al fracaso, por eso mataron a Kennedy, por Vietnam, todo el que se meta con Vietnam morirá o fracasará.
            --¿tú dónde lo harías?
            --en el Golfo, un Call of Duty: Desert Storm.
            Hay que admitirlo, es una propuesta elegante.
            --deberían hacer un juego de la guerra con México, bien del salvaje oeste
            --ajá, pero la banda reclamaría que eso es insultante.
            --okey, pero ya lo hicieron con el Gosht Recon ¿no me digas que la gente no se ofendió con una balacera del ejército norteamericano en el DF?
            --eso es diferente, eso era una historia ficticia de un futuro ficticio, lo de la guerra del cuarenta y ocho fue diferente, es algo histórico y como sí pasó, puede que se quejen de algunos contextos.
            --na, igual pegaría.
            --ah, de que pega pega, pero el asunto es como reaccionaria, ya sabes, esas mamadas diplomáticas quesque ofende a tal y cual, la soberanía y la madre.
            --lo que te falta es visión.
            --lo que a ti te falta es sentido de lo políticamente correcto.
            --mejor veamos la tele un rato.
            Apago el juego y busco algo en el zapping, aunque ya por tradición y conocimiento empírico, hay lugares en los que uno se detiene antes que nada, y Universal Channel es uno de ellos.
            --Bien, La Ley y el Orden u ve é—digo soltando el control.
            --me acuerdo de niño que siempre escuchaba hablar de esta serie.
            --¿Neta?
            --yep, tiene más de veinte años, pero en esa época no me interesaba, aunque tenía conocimiento de ella desde hace tiempo en la enciclopedia de la cultura popular, por lo menos hasta hace algunos años.
            --¿enciclopedia?
            --Los Simpson—Julián va por otra cerveza, no deja de hablar mientras la abre y me pasa una—en el capítulo de Thelma y Louise, que valga el caso, no tenía idea de que era Thelma y Louise en ese tiempo, cuando Marge y la otra que no me acuerdo cuál era, la vecina salen.
            --¿el capítulo del osito en el carrito?—digo tratando de atinar que me habla de ese.
            --exacto, cuando sale Marge y Homero quiere hacer lo mismo contrata de niñera a Lionel Hutz, hay una parte en la que está en la sala mirando la tele con Bart y Lisa, en la pantalla aparece “law and order” pero, aquí viene lo interesante—se detiene un poco y adquiere un tono pausado—antes se llamaba se hará justicia, y no estaba dividido por secciones, Lionel Hutz se queja del glamour de los abogados de Hollywood, una premisa falsa para que uno vaya a la escuela de derecho.
            “fue con la moda de los ‘yo investigo casos y soy  superpolicia’ de CSI que decidieron expandir la franquicia, pero para eso le restauraron el nombre original para que se pudiera dividir entre el la ley y el orden, la ley y el orden u ve é y la lay y el orden criminal intent. No me acuerdo si haya otra, pero esa es la historia de la ley y el orden”
            --¿Sabías que mientras dices todo esto ya nos perdimos la mitad del programa, verdad?
            --eso no importa, todas las series se basan en una premisa, la de esta es ‘sabemos quién es el culpable a partir de la primera media hora y lo demás lo vamos a pasar encontrando forma de comprobar que es el culpable’ es raro que se salgan de ese esquema, a veces a último momento descubren quien es, pero es seguro que sea alguien que haya aparecido en la primera mitad. Es lo bueno de estas series, bien puedes dejar de verla un mes y retomarle el hilo rápido.
            --pero siempre tienen subtramas.
            --claro, como las novelas de folletín del siglo XIX, existe una gran trama con mayúsculas aderezada de pequeñas tramas en minúscula, El Conde de Montecristo, Los  tres mosqueteros, Amadís de Gaula, El quijote, Los misterios de París. Todas grandes obras compuestas de retazos de pequeños relatos, collages de historias, eso pasa con Dr. House, Dexter, Bones, bueno, todas las series de “resuelve misterios”, hay otras como V, 24, Prision Break que sí tiene formato de serie, como de historia en general sin retazos de pequeños detalles, esas que si te pierdes un episodio te pierdes toda la historia. En algunos casos son buenas, pero tienen el error precisamente de tener una historia tan larga que se esfuerzan en mantener una línea argumental que dure al menos quince episodios, tarea difícil porque eso los obliga a veces a dar demasiados giros, ya sabes, del tipo “el gran amigo que tengo tarde o temprano revelará que es parte de una gran conspiración”, esos giros son buenos, pero a veces exageran, como en Heroes que los malos se hacen buenos y los buenos se hacen malos por lo menos cuatro veces por temporada, eso le quita personalidad a los personajes, en lugar de complejizarlos los vuelve sin leit motiv, y el leit motiv es la naturaleza intrínseca de todas las series de televisión, porque, como en las novelas, lo que se quiere es que haya buenos y malos, no medias tintas.
            --sabes demasiado de estas cosas, deberías escribirlas.
            --na, no hay tarados suficientes como para tomarse su tiempo y leerlas.
            El episodio estaba a punto de terminar, según parecía, el violador era el padrastro del niño, además de que había matado a otra persona. Es lo único molesto en todas las series, los personajes tienen una capacidad de intuición pasmosa que en algo sin importancia aparecen ven un indicio que resulta siendo una pista fundamental, o su increíble suerte de estar en el lugar adecuado en el momento adecuado. Con esas características yo sería un excelente policía. Pero es una falacia, los que estudian antropología forense terminarán muy decepcionados, como Lionel Hutz que estudió derecho creyendo que viviría en los grandes juzgados de La ley y el orden.
            Así pasamos las siguientes dos horas, a los detectives Stabler y Olivia les siguió Gregory House y la fórmula de este.
            --acá es fácil—dice Julián—si te das cuenta el esquema es cometer dos o tres errores basados en falsas premisas y pistas que llegan a un callejón sin salida. Errores médicos y gente que está a punto de morir durante todo el episodio hasta que en los últimos diez minutos, gracias a una conversación fuera de contexto se dice una palabra, un plano a la cara de House, una musiquita de fondo y de repente éste sale dejando a su interlocutor con la palabra en la boca para que en la escena siguiente entre llamado idiota a alguien y resolviendo milagrosamente el misterio.
            --tal vez—sigo—pero es House.
            --la gente tiene poca memoria—contraataca Julián—nadie recuerda los antecedentes.
            --¿Sherlock Holmes?
            --no no, mucho después, hace unos creo que cinco años pasaban en el SONY una serie que se llamaba Scrubs ¿La recuerdas?
            --sí, la comedia del hospital.
            --esa, que nace como respuesta ante los “dramas” de doctores, pues bien, John Dorian era el protagonista, pero estaba obsesionado con otra persona, el Doctor Cox, mira, todo el papel, un tipo arrogante e insensible que se brinca las normas de la ética hospitalaria para curar las enfermedades, gusta de humillar tanto a pacientes como doctores y se comporta como si fuera un juego, en plan de “soy genial”, hay tres doctores, Dorian sería Chase, Elliot es Cameron, Turk es Foreman y Kelso Cuddy, todo encaja, simplemente todo encaja.
            Me rió y no evito pensar e la analogía, si se miraba bien, tenía razón, finalmente lo había encontrado, tan fácil, tan fácil para todos, nunca estuvo en la mira de críticos de televisión pero Julián lo encontró, Dr. House es una copia de Scrubs.
            Se siente bien estar vivo cuando se tiene revelaciones de este tipo.

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